Catharina Hedberg, en una terraza de la finca de Son Sales, de Sóller, confiesa sentir una especial pasión por la Isla. | M. À. Cañellas

TW
0

El 45 es un número importante en la vida de Catharina Hedberg, nacida en Estocolmo en 1945 y que hace 45 años, en 1974, realizó su primer retiro Ashram. Este concepto hinduista viene a significar un lugar de meditación y enseñanza, tanto religiosa como cultural, en el que los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestro. A todo ello Hedberg le añadió la comida saludable y el ejercicio físico, que son los tres pilares de este programa seguido por no pocos celebrities de Hollywood y que también ha probado en dos ocasiones la mallorquina Rosario Nadal.

En 2004 realizó su primer programa en Mallorca, adonde se ha trasladado cada año desde entonces. Desde hace 10 años imparte su disciplina en la finca Son Sales, de Sóller, primero durante un par de semanas y desde hace unos años tres meses, de abril a junio. En estos últimos 15 años es la primera vez que concede una entrevista en Mallorca.

¿Quién viene a Mallorca a participar en su programa?

—Personas sometidas a un gran estrés, sobre todo hombres y mujeres de negocios, que necesitan hacer un parón en su vida.

¿Y lo consiguen?

—Durante la semana que están aquí sí y la mayoría varían algunos de sus hábitos menos saludables y consumen menos café o carne. El 70 por ciento repiten y van mejorando cada vez más.

¿Qué dieta llevan a cabo?

—Vegana, pero con huevos.

palma 14:00 horas.

¿Qué es lo que más cuesta a sus clientes?

—Dejar el móvil. Sólo está permitido según qué horas en las zonas comunes y en las habitaciones.

¿Más que las seis horas diarias de caminata?

—Mucho, créame. Este problema no existía cuando empecé junto a Anne-Marie (Bennström su amiga y socia, fallecida hace poco más de un año).

¿Practica con el ejemplo?

—Sí. Desde hace años mi teléfono y yo dormimos en habitaciones separadas.

¿Cómo descubrió la Isla?

—Conocía de antes ya Canarias y la Costa del Sol y en cuanto vine a Mallorca por primera vez me enamoré de la Isla, sobre todo por su belleza.

Es una lástima que en su programa no incluya la sobrasada o la ensaimada.

—Lo reconozco, es una pena.

¿Cómo ha cambiado su método en estos 45 años?

—Durante los primeros 15 años no había hombres. Todo eran mujeres y su objetivo era perder peso. Luego se fueron igualando los sexos y el objetivo ya no era adelgazar, sino mejorar la calidad de vida.

¿Está mejor alimentada la sociedad estadounidense que hace 40 años?

—Sin duda. Muchas personas han descubierto en este tiempo las verduras y hortalizas. Antes se veían mucho menos y casi ni sabían de dónde procedían.

¿Quién es la persona famosa que ha acudido en más ocasiones a su retiro?

—Cindy Crawford, unas diez veces. También ha repetido Oprah Winfrey, pero la ‘alumna' más disciplinada y que ha sacado más provecho ha sido Gwyneth Paltrow. De hecho, a raíz de su experiencia, se lanzó hacia una vida más saludable y sacó su propia línea de productos ecológicos. Los famosos no tienen ningún privilegio. Todos somos iguales. En The Ashram se trata a todo el mundo por igual y no es raro que compartan habitación o baño.

¿Es cierto que hace unos años Bill Gates practicó su método en Mallorca?

—No, eso es un bulo. Quizás estuvo en la Serra de Tramuntana, pero no con nosotros. A Mallorca también vienen famosos, menos que a California, pero sólo puedo hablar de los que antes han hablado de The Ashram. La privacidad es muy importante para estas personas.

¿Se imagina al presidente Trump en The Ashram?

—Creo que le vendría muy bien mi retiro.

Usted derrocha vitalidad, pero no todo el mundo tiene esta fuerza. ¿Qué recomendaría a la gente en general?

—Que disfruten el presente. Muchas veces vivimos pensando en el pasado y en el futuro y nos perdemos el hoy, que es lo más importante.

¿Tiene muchos clientes mallorquines?

—La verdad es que no. Aquí vienen estadounidenses y europeos, sobre todo escandinavos.

¿Ha cambiado mucho Mallorca en estos 15 años?

—Sí, en cuanto que ahora hay mucha más variedad, no sólo de productos ecológicos que antes era muy difícil de encontrar, sino también profesores de yoga e instructores y demás personal que hablaran en inglés.

¿Cuál diría que es un estilo de vida más saludable o menos pernicioso, el de una persona que cuida su alimentación pero no hace deporte, o el de otra que come muy mal pero que realiza mucho ejercicio?

—Ambas están equivocadas (risas). Me costaría elegir, pero me quedaría con la persona que cuida su alimentación. A partir de unos hábitos alimenticios correctos se produce una mejora general no sólo del cuerpo, sino también de la mente, que a la postre es la que manda.

¿Alguna vez ha negado a alguien el acceso a The Ashram?

—Sí, a algunas personas que al hacerles el test por sus respuestas he visto que no iban a tener la actitud adecuada durante una semana. Para venir aquí no es imprescindible tener una condición física que le permita andar seis horas por la Serra, pero sí la voluntad y el espíritu positivo para intentarlo.

¿Y alguien ha abandonado el programa antes de cumplir la semana?

—Sí, algunas personas son incapaces de desconectar de su trabajo. Tampoco me gusta que vengan y lo evito si puedo, las personas que van de divas.