Considerado en su momento por la revista Vogue como uno de los diseñadores de mayor proyección, Sebastián Pons siempre ha creado colecciones muy personales, reflejo del momento vital y de los acontecimientos que han marcado su destino.
El que fuera mano derecha de McQueen en París, presenta el sábado en Can Majoral su nueva colección, ‘Aimar Quiscú' (Querer a alguien) –dos palabras mallorquinas en desuso–, un homenaje a la cultura popular que hemos heredado de nuestros antepasados por esa estrecha relación con la tierra. El evento será a puerta cerrada, sin público, pero dará origen a un fashion film e imágenes fotográficas que clientes y seguidores podrán visualizar en redes sociales.
La crisis sanitaria por la Covid-19 ha obligado a la mayoría de los sectores productivos, también al de la moda, a cambiar muchas cosas. ¿Los desfiles con difusión online han llegado para quedarse?
– En estos últimos años, todas las redes sociales han cogido mucha fuerza entre el público. Los fashion films son una herramienta que también han establecido un posicionamiento, son una manera de mostrar y de transmitir el estilo de una marca. Los tiempos van cambiando, nuevas tecnologías entran y ahora más que nunca, con lo que estamos viviendo, se han convertido en la solución perfecta, no hace falta congregar a personas físicas en un determinado espacio, hoy lo podemos hacer perfectamente desde la red sin que las personas se tengan que mover de su casa. Creo que sí, que por el momento va a ser la herramienta que usarán muchas marcas de Moda.
Presentar una pasarela a través de internet obliga a apostar al máximo por la parte visual, el espectáculo, ¿Cómo se conjuga esa parte artística con la moda?
– La parte visual es una de las más importantes en el sector de la moda, compramos por lo que vemos, y por lo que nos hace sentir eso que hemos visto. La moda ha cambiado, la moda no es solo ropa, va unida a otros valores, como un estilo de vida, una filosofía. Soy un diseñador al que le gusta transmitir emociones y sentimientos, mi ropa va ligada a eso, a mi vida y a mi entorno, la moda y el espectáculo van de la mano, y una complementa la otra, pero por otro lado ahora se vuelve a apostar por las cosas bien hechas, con amor y arte. La moda tiene que ir vinculada a una emoción.
¿Hay un antes y un después de la pandemia en el mundo de la moda?
– Absolutamente. Con sinceridad, antes de que pasara todo esto, ya había una discusión entre los miembros de la industria sobre que algo debíamos hacer para cambiar el ritmo desenfrenado con que consumíamos ropa. Durante el confinamiento nos dimos cuenta de que realmente necesitamos menos, lo que necesitamos es que las prendas cumplan funciones como la estética, ética, confort, calidad y estilo, creo que los tiempos que vienen nos harán comprar mejor, reflexionaremos sobre lo que compramos, estaremos más interesados en conocer el origen de las prendas, vamos a querer saber quién la cose, dónde, por qué razón, a la vez haremos una labor de sociedad colaborativa entendiendo que al comprar una prenda o complemento ‘made in spain' ayudamos a la industria nacional y local y todo ello nos lleva a apostar por una producción más sostenible.
Los últimos meses han servido para reflexionar sobre muchas cuestiones. ¿Es ‘Aimar Quiscú' una respuesta a sus propias reflexiones?
– Totalmente. ‘Aimar Quiscú' es una colección donde pongo en la mesa todos los valores en los que he ido trabajando como persona estos últimos años, y que aplicamos desde un principio a la marca MUCHACHE. Creo que el futuro ahora nos hace mirar al pasado para ver dónde nos hemos equivocado, qué hemos dejado por el camino, y qué podemos recuperar de él. Nuestros antepasados nos dejaron un legado impresionante, una manera de vivir y hacer las cosas que pervive hasta día de hoy, tenemos que reforzar esos valores, hacer las cosas bien hechas, con ética, apoyando a tu prójimo y a tu comunidad. Querer a alguien, querer algo, es un sentimiento por el que todos deberíamos apostar en esta vida.
¿La moda ‘slow', como la de MUCHACHE, gana terreno en tiempos de crisis?
– Las cosas elaboradas despacio y con amor cobran valor y sentido en estos momentos, reivindicar la artesanía local, las piezas construidas a mano, las prendas únicas, son elementos de los que nos habíamos olvidado un poco, pero ahora vuelven a tener un gran valor.
3 comentarios
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La moda no és ecològica. Millor comprar clàssics bons i que durin vint anys
Le tengo un miedo tremendo a los diseñadores. Me bastan los mamarrachos que se compra mi sobrina. Y se los coloca.
El millor és el ca de la foto.