Javier Linares y Antonia Juan cuentan las horas que les quedan en su peluquería. | Teresa Ayuga

TW
7

Una década después de su apertura, Mega Estil cuelga las tijeras y cierra sus puertas. Después de una década de trabajo, este viernes Antonia Juan Bonafé y Javier Linares bajarán la barrera, esta vez de manera definitiva. Los últimos meses han sido críticos para ellos, pero en realidad llevaban tres años pasando dificultades. «La pandemia ha sido la puntilla», cuenta Juan, que el viernes abandonará el salón de peluquería y belleza situado en las instalaciones del MegaSport.

«Las cosas están muy difíciles y no podemos aguantar más», cuenta la empresaria, que el pasado viernes tuvo que despedir a las tres empleadas del salón. Hace tres años que tuvieron que soportar la primera embestida: el complejo MegaSport cerraba sus puertas por orden del Ajuntament de Palma. La peluquería contaba con un buen número de clientes fieles pero la bajada de afluencia de usuarios del gimnasio se hizo notar. «Después tuvimos que cerrar durante unos meses por la reforma del gimnasio», cuenta la propietaria de Mega Estil. Cuando por fin podían reemprender la actividad, llegó la pandemia.

«No tengo ganas de ser autónoma. Es lo peor que me ha pasado. Todo son problemas y deudas y la bola se ha hecho demasiado grande», cuenta Juan, con cierto desánimo en la voz. Con 35 años de experiencia en la profesión, ahora necesita cerrar para volver a pensar. «Hay muchas peluquerías que están en una situación similar. Que nos subieran el IVA del 8 al 22 % en 2012 fue muy duro».

Clientela

Por sus manos han pasado futbolistas, actrices, misses y una multitud de clientes que durante el cierre del salón requirieron sus servicios. «He trabajado a domicilio», cuenta esta superviviente del sector, que reconoce que «jamás había visto algo así».

Sus empleadas, cuenta, entendieron la decisión cuando les presentó la carta de despido. Es momento de pasar página, descansar, coger impulso y volver a la carga.