Sus inicios se remontan al año 1923, cuando la primigenia sala de fiestas abrió las puertas con la ubicación y el nombre que todos conocemos. De aquellos principios dificultosos pocos testimonios quedan ya, teniendo en cuenta que la propia Isla aun ni se asomaba al boom turístico que con fulgor comparecería tiempo después. En esos inicios y durante más de treinta años Tito's caminó hacia la modernidad de la mano de sus primeros propietarios, Antonia Jaume y Antonio Capllonch. Uno de los hitos de su gestión tuvo lugar en 1955, el año en que Tito's estrenó sus terrazas cubiertas, prolegómeno de lo que no tardaría en llegar.
El año 1957 el empresario ruso Magalof se hizo con el local y algo más; tomó la decisión de construir su vivienda sobre la sala, estableciendo los cimientos de lo que Tito's sería con el tiempo. En los años venideros su popularidad creció de la mano de las posibilidades de su enorme espacio. Ese era el principal reclamo en los tiempos en los que la sala de fiestas se promocionaba con el nombre de primer dancing night club de Mallorca. Tiempos en los que los hoteles mandaban autobuses llenos de turistas, que adquirían las entradas en los propios establecimientos, para disfrutar de las actuaciones musicales y pasar una noche de glamour.
En 1968 la emblemática cúpula de cristal y hierro del estudio de los arquitectos Lamela, uno de los símbolos de la construcción, se pintó de negro. Hacía años que Tito's se consideraba la primera sala de fiestas de Mallorca, quizás porque desde siempre los detalles eran pulcramente cuidados, con su distinción y el culto hedonista como bandera. Ya en la década de los 80, la sala de fiestas llegó a acoger a mil personas en las actuaciones de artistas de talla internacional. Después de eso Tito's afrontó su última gran metamorfosis, cuando el hombre que pisó fuerte en la noche mallorquina, Bartolomé Cursach, llegó a la propiedad sucediendo a los dos últimos empresarios extranjeros que la regentaron. Corría el año 1985, cuando como una crisálida ‘murió' la sala de fiestas para ‘nacer' la discoteca que ha llegado a nuestros días, de llamativa fachada y elegantes ascensores acristalados. Empezó el tiempo de los pinchadiscos y la música electrónica, que vinieron para quedarse. Se impuso la era del ajetreo hasta las primeras luces del día.
6 comentarios
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También desapareció las discos de playa de Palma como: Kiss, Zorbas, Joy, Gran Joy, Sayonara, Chic, Riu Palace, Flash, Iron, Scorpio, Yes, Babalu. Y como salas de fiesta: Bohio, Big Appel, Molin Rouge, etc y lo que se me olvida. Y SPIDER bajo el hotel Iris después convertida en Verónica. Hay va eso, un abrazo a todos y TODAS 💋😂
que pena la verdad, deberia estar protegido algo tan emblemático, en vez de desmantelarlo
Se va una epoca...no es cierto Rocky?
miquelTotalmente de acuerdo. El Ocaso de una "forma de gestión empresarial" de los Sres. Cursach y Sbert.
un lugar menos para el vicio y corruptela
Mira que si con el cambio a uso residencial los vecinos se quejan del ruido de las lavadoras por la noche XD