William Tétard, en La Pajarita con su mona de más de diez kilos. | Pere Bota

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No solo en Navidad los dulces son uno de los grandes protagonistas. En la época de Semana Santa el chocolate también adquiere una relevancia superior gracias a la elaboración de las divertidas y sabrosas monas. Durante estos días, los pasteleros de Mallorca sacan de donde pueden horas al reloj para elaborar estas figuras de las que disfrutan sin excepción todos los miembros de la familia.

William Tétard solo ha elaborado una mona, pero tiene 64 centímetros de altura y un peso de más de 10 kilos. Los interesados la pueden admirar en el escaparate de la bombonería La Pajarita. «Está elaborada artesanalmente y su forma de medio huevo sirve para alojar diversas figuras cocinadas por mí, además de bombones del emblemático establecimiento», señala el chef, director y artesano mermeladero y confitero del restaurante Ses Rotges de Cala Ratjada. Se trata de la segunda colaboración entre La Pajarita y Tétard y en esta ocasión han organizado un concurso en el que los usuarios de ambos establecimientos pueden adivinar el peso de una mona en forma de grano de cacao que aloja bombones en su interior y llevársela a casa.

Lluís Pérez ha elaborado unas originales monas que recuerdan a objetos de alfarería.

Lluís Pérez señala que «además de las monas siurell de colores, hemos creado esta colección de gallinas inspiradas en la artesanía mallorquina. Se trata de formas y colores muy orgánicos que nos recuerdan a las piezas de alfarería de Marratxí». El pastelero destaca los ingredientes utilizados: «Todas las figuras están elaboradas con productos 100 por 100 naturales. Tanto es así que damos color a todas nuestras monas con ingredientes en polvo, como limón, manzana, rábano, grosella, pimiento rojo, zanahoria, algas (espirulina), ciruela...».

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Maties Miralles ha seguido haciendo sus ya famosas tetas y además ha elaborado otras monas como la del Pot Petit y la del myotragus. Foto: P.B.

Maties Miralles, al igual que sus compañeros, no para en estos    días, en su caso en el Forn del Pla de na Tesa. «Realizamos un esfuerzo importante en la elaboración de estas figuras porque se junta el trabajo diario, más el propio que requiere la Semana Santa con la elaboración de unos 7.000 u 8.000 robiols, además de las panades y demás elaboraciones típicas saladas de estas fechas». Sin embargo, el joven pero ya experto pastelero, también le saca el lado positivo. «Es una forma de salir un tanto de la rutina haciendo cosas nuevas y creativas». Para este año, Miralles se ha inventado una selva muy particular en la que no faltan elementos como el myotragus o el porc negre, además de chimpancés, koalas... El reconocido pastelero también ha querido hacer un guiño a los más pequeños de la casa con la elaboración del Pot Petit, «cuya música es la única que se escucha en el coche cuando está mi hijo». Miralles añade que el chocolate que más gusta es el negro, «aunque el que lleva leche cada día tiene más adeptos.El que tiene menos seguidores es el blanco, que en realidad no es ni chocolate». Quizá este sea el último año en el que realice las figuras de forma artesanal. «Aquí no tenemos máquina de chocolate, pero igual en un futuro la tengamos que adquirir».   

Pep Trias elabora monas de corte clásico, las preferidas de su clientela.

Pep Trias se centra en su pastelería del Secar de la Real en realizar monas que se podrían denominar como clásicas. «Algún año hemos innovado, como por ejemplo cuando hicimos una de las pilotes de Miquel Montoro, pero la gran mayoría de las monas son clásicas porque son las que nuestros clientes más nos piden, dentro de una producción limitada porque el obrador no permite más».

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Llorenç Pou, con una de sus monas de extraterrestre. Foto: PERE BOTA

Llorenç Pou, del Forn Nou de la Vileta, presenta esta Pascua un abanico de monas con nuevos formatos, huevos y piezas con atractivos colores que «encuentro muy indicados para regalar a los más pequeños de la familia». «Este año, he incorporado a cada una de las piezas que hago un detalle: una pequeña paloma para reivindicar la paz». En su obrador es donde da rienda suelta a la creatividad, modelando animales o bien caras    de extraterrestres. Todo ello con la garantía de la materia prima del chocolate francés Valhona.

Margalida y Joan Ramis elaborando una mona. A la derecha, casita de chocolate con fichas. Fotos: A.ESTABÉN

Joan y Margalida Ramis se inspiran en el mundo de los cuentos infantiles o las películas de dibujos animados para realizar sus simpáticas monas de Pascua, regalo indispensable en estas fechas de los padrinos para su ahijados como es costumbre. «La tradición y lo que nos piden hace que elaboremos huevos y figuritas de animales en distintas clases de cobertura de chocolate. Otros son casitas y coches, a los que añadimos figuritas de moda de los films infantiles, como Superman, Pepa Pig, superhéroes, a las que este año hemos mantenido el precio».