Todo esto nos los cuenta William Pires de Silva, conocido como Gemada, que en capoeira ostenta el grado de instructor y cuerda Morada-Marrón (lo que equivale al décimo nivel de experiencia), y que pertenece a la escuela Abadà-Capoeira, con centros de enseñanza en, prácticamente, todo el mundo, y que en Mallorca imparte clases a los alumnos en distintos colegios de la isla, como Luis Vives, BIC International School (Sa Porrassa), Montessori School (Santa Maria), entre otros.
«En las clases –señala William–, no solo aprenden la base de la modalidad, sino que también desarrollan otros aspectos educacionales y culturales, como la música, las acrobacias, la flexibilidad, los juegos educativos, la diversión en grupo, la disciplina, el compañerismo y la autosuperación. Por otra parte, permite a los padres trabajar codo con codo con las escuelas e instructores a fin de entender mejor cómo se sienten sus hijos, y de qué modo pueden reforzar su positividad y organización». William señala otros beneficios que obtiene el niño practicando Capoeira. «Entre otras cosas –asegura– la capoeira mentaliza a que todos los que la practican tienen el mismo valor y las mismas oportunidades. Además, potencia la superación, la autoconfianza y las relaciones sociales, así como la capacidad de adaptarnos a las distintas situaciones en armonía, reforzando el equilibrio entre lo físico y el estado emocional, la fuerza, el equilibrio y las ganas de superarnos. Con ella, aumentamos la capacidad de crear, improvisar e imaginar, etc., lo cual les aporta fortalecer el cuerpo y ejercitar su mente, mejorando todo cuanto tiene que ver con la psicomotricidad, dado que desarrolla la fuerza y resistencia muscular, lo cual es de gran ayuda en su etapa de crecimiento… Igualmente, con la práctica de la capoeira, el corazón aprende a latir acorde a las necesidades musculares que nuestro cuerpo exige, al mismo tiempo que también aprende a llenar y vaciar los pulmones en cada movimiento a fin de proporcionar al cuerpo la energía necesaria en la situación y el momento requerido… Y como no, el niño que practica la capoeira conoce nuevos instrumentos musicales (berimbau, atabaque, pandeiro, agogô y reco-reco, entre otros), lo cual contribuye a que no solo sean más alegres, sino a que comiencen a trabajar en coordinación, tocando las palmas y cantando al mismo tiempo. En fin, que son muchísimas las aportaciones que la capoeira hace en favor del desarrollo mental y físico del niño. De hecho, son cada vez más los que se inician en su práctica».
Por último, asegura que la capoeira está abierta a todos los niños, desde los tres años en adelante. «En los veinte años que llevo como instructor de capoeira, he tenido el honor de trabajar con niños maravillosos, y entre ellos, con niños en situación de riesgo, con síndrome de Down, ciegos, sordos… ¡Hasta con niños en sillas de ruedas! Y es que no hay niño que no pueda divertirse con la capoeira, a la vez que aprenden a superar sus miedos».
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