Nico Navarro, Xavi Torres, Mari Carmen Soler y German Helling, antes del entreno.

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La presidenta del equipo territorial de la ONCE en Balears, Mari Carmen Soler (Palma 1974), embarazada de seis meses, participará este domingo en el triatlón Port de Palma, en la modalidad de natación en circuito olímpico. Desde niña comenzó a practicar natación, compitiendo al más alto nivel con otras nadadoras con discapacidad visual, incluso se quedó a puertas de participar en Barcelona 92. A sus 48 años de edad, Mari Carmen, invidente de nacimiento por una mala formación en el nervio óptico, sigue siendo una apasionada del deporte, y además practica atletismo y ciclismo adaptado, pero en este triatlón «debido a mi avanzado estado de gestación solo haré la prueba de natación con una distancia de 1.500 metros. En la parte de ciclismo estará Toribio Montalvo, y en atletismo, Javier Navarro».

Tanto para entrenar como para competir, Mari Carmen cuenta con Germán Helling, su guía y pareja sentimental. «Nos conocimos hace tres años en la plataforma ‘Comparte tu energía', que pone en contacto a guías, y él estaba apuntado para entrenar a corredores ciegos». Desde entonces son inseparables y a principios de noviembre serán padres de una niña a la que llamarán Laura.

En el Triatlón Port de Palma Mari Carmen    contará con el nadador paralímpico Xavi Torres como guía. Ayer por la tarde, ambos quedaron en El Peñón (Cala Gamba) para realizar el último entrenamiento. «La conozco desde que éramos chavales y además de ser vecinos coincidíamos en la piscina del polideportivo Germans Escalas. Desde al año pasado me decía que le tenía que hacer de guía en alguna travesía hasta que lo hemos podido cuadrar. Me parece que es una mujer valiente tanto en lo deportivo como en lo personal. Nunca he hecho de guía y para mi también es una experiencia nueva», asegura Xavi Torres. Mari Carmen añade que «en pandemia decidimos hacer un canal de YouTube y una cuenta en Instagram y Facebook que se llama Correcaminos_imparables, con la idea de dar visibilidad y poner en común nuestras actividades deportivas y viajes, pero sobre todo demostrar que el hecho de tener una discapacidad no impide hacer una vida lo más normalizada posible, con voluntad y el apoyo de los guías».