En su descripción, las demandantes aseguran que Trevi las preparó y las manipuló en diversas ocasiones para convertirse en «esclavas sexuales» del productor y que gran parte del abuso se llevó a cabo en el condado de Los Ángeles. Ambas describen los hechos que vivieron por separado con Andrade, y denuncian agresiones físicas, sexuales, aislamiento de su familia y abusos constantes. «(Trevi y Andrade) usaron su papel, estatus y poder como una estrella pop mexicana conocida y exitosa y un productor famoso para obtener acceso, preparar, manipular y explotar (a las víctimas) y forzar el contacto sexual con ellas durante un curso de años», alega la denuncia, según la revista musical.
El documento se presentó el 30 de diciembre bajo la Ley de Víctimas Infantiles de California, que permite a los sobrevivientes de abuso sexual infantil presentar casos civiles y que suspendió temporalmente el plazo de prescripción para las denuncias más antiguas de abusos sexuales a menores. En enero de 2000, Trevi, su exrepresentante Sergio Andrade y María Raquenel Portillo, conocida como «Mary Boquitas», fueron detenidos en Río de Janeiro (Brasil) bajo cargos de rapto, violación y corrupción de menores. Trevi pasó tres años en la cárcel y fue extraditada a México, donde fue absuelta y recuperó su libertad en septiembre de 2004 después de que un juez dictaminara que no había pruebas suficientes para respaldar los cargos de violación, secuestro y corrupción de menores presentados contra ella.
Sin embargo, aunque Andrade fue condenado por violación, secuestro y corrupción de menores, solo pasó un año más tras las rejas. El escándalo en torno al entonces llamado «clan Trevi-Andrade» comenzó a salir a la luz cuando la cantante Aline Hernández publicó el libro «La Gloria por el infierno» (1998). Aun sin respuesta de Trevi ante las nuevas acusaciones, la cantante siempre se ha declarado inocente, y desde su puesta en libertad retomó su carrera con éxito y se ha dedicado a intentar limpiar su nombre.