Las tres estudiantes, elaborando sus platos.

TW
0

Son ocho los alumnos de cocina llegados de la Universidad para el Desarrollo y la Innovación (UDI), de Santa Cruz, en Bolivia, que desde la pasada semana, y hasta el 31 de agosto, realizarán prácticas remuneradas en el restaurante Na Caragola, en Sant Elm, y el restaurante Ram de Mar, del Port de Sóller. Durante este tiempo adquirirán experiencia profesional, una oportunidad ante la que los ocho estudiantes confiesan sentirse afortunados y dispuestos a aprovecharla al máximo. Tras una selección entre los mejores estudiantes de cuarto curso de Cocina y Pastelería, los futuros chefs y reposteros han viajado a la Isla gracias a la colaboración de la UDI con el maestro arrocero y propietario de Arrozame, Kike Martí. «Desde hace seis años, junto al jefe de estudios de la UDI, Fernando Catalán, quisimos dar la oportunidad de ampliar la formación de jóvenes estudiantes bolivianos, siendo cada año mayor el número de interesados por venir a Mallorca», comenta Kike Martí.

Hubiera podido seguir los pasos profesionales de su padre, como abogado, pero Isabel Vidal decidió estudiar Cocina. «Es una pasión que me inculcó mi padre, quien siempre ha cocinado bien y me apoyó a que estudiara la carrera, aunque de pequeña quería ser abogada como él. Al comenzar no era como me imaginaba, pero poco a poco me cautivó y ahora quiero viajar conociendo otras culturas gastronómicas y algún día abrir mi propio negocio».

Restaurantes, empresas de catering o pastelerías propias son los sueños, en un futuro, de la mayoría de estos estudiantes que desde hace una semana han descubierto Mallorca y parte de su gastronomía. En las cocinas del restaurante Ram de Mar, del Port de Sóller, y bajo la dirección de su chef, Aleix Viada, las jóvenes Adela Caba, Shiomara Cala, Irene Campobianco, Isabel Vidal y Stephania Paccieri atienden con interés las explicaciones del chef con 35 años de experiencia entre fogones. «Espero que aprecien esta oportunidad y conozcan una cultura culinaria diferente a la de su país», comenta Aleix Viada.

Precisamente en Bolivia la gastronomía tradicional se abre a nuevas técnicas y recibe la fusión de otras cocinas. «Se está rescatando el producto local, en especial de la parte amazónica», comenta Stephania Paccieri, quien en un principio pensó estudiar Marketing y Fotografía, pero finalmente cayó en la cocina con especial interés en pastelería. Los pescados y mariscos han sido los productos que, en estos primeros siete días de estancia, han cautivado a las alumnas. «Nos ha sorprendido el pescado tan fresco y sabroso que tienen. El salmón buenísimo, así como las ostras y el bogavante. Productos que en Bolivia son carísimos y no tienen este sabor». Shiomara Cala estudió Cocina porque su hermano presumía de cocinar muy bien. «Le dije que cocinaría mejor que él y ahora estoy muy contenta de haber elegido esta carrera. Mi objetivo profesional es abrir mi propia pastelería. Me gustó mucho el Cardenal de Lloseta que nos dieron a probar el otro día».

Las visitas a mercados y bodegas forman parte de su programa durante la estancia. «De momento hemos visitado un mercado y nos ha sorprendido la limpieza y el orden», comentan las jóvenes.
Para Adela Caba Puma, la cocina tradicional de Bolivia es con la que quiere trabajar en el futuro. «He trabajado en varios restaurantes y hoteles. En el futuro quiero abrir mi propio establecimiento y recuperar platos típicos de Bolivia». Ilusionados y ávidos de aprovechar cada instante en la Isla, las estudiantes de la UDI disfrutan de su aprendizaje entre fogones y descubriendo Mallorca.