Imagen del papa Francisco de hace unas semanas. | Reuters - YARA NARDI

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El papa Francisco se reunió hoy en el maravilloso escenario de la Capilla Sixtina con cerca de 200 artistas de todo el mundo, a quienes pidió que no olviden a los pobres porque también ellos «necesitan arte y belleza» y que «interpreten su grito silencioso». «Antes de despedirme, todavía tengo una cosa que decir, que está cerca de mi corazón. Quisiera pediros que no os olvidéis de los pobres, que son los predilectos de Cristo, en todas las formas en que hoy se es pobre. Incluso los pobres necesitan arte y belleza», dijo Francisco a los escritores, pintores, cantante y otros artistas también procedentes de España, México, Argentina y Brasil, entre otros.

Francisco recordó que «algunos experimentan formas muy duras de privación de la vida y por eso lo necesitan más. Normalmente no tienen voz para hacerse oír» y entonces les pidió que «interpreten su grito silencioso». «Os deseo que vuestras obras sean dignas de los hombres y mujeres de esta tierra, y que den gloria a Dios, que es el Padre de todos, a quien todos buscan, incluso a través del arte», concluyó y después saludó uno a uno a los presentes, sólo algunos días después de haber sido dado de alta por su operación por una hernia abdominal.

En su largo discurso, el papa también les invitó a «huir del poder sugestivo de esa presunta belleza artificial y superficial que hoy se difunde y muchas veces es cómplice de los mecanismos económicos que generan las desigualdades» y que «es una belleza cosmética falsa, un maquillaje que oculta en lugar de revelar».

Agradeció a los artistas ser «también centinelas del verdadero sentido religioso, a veces banalizado o comercializado». «En eso de ser videntes, centinelas, conciencias críticas, os siento aliados para tantas cosas que son cercanas a mi corazón, como la defensa de la vida humana, la justicia social de los últimos, el cuidado de nuestra casa común, sintiéndonos todos hermanos», señaló. «El arte nunca puede ser un anestésico; da paz, pero no adormece las conciencias, las despierta. Ustedes, los artistas, a menudo intentan sondear incluso el inframundo. de la condición humana, los abismos, las partes oscuras. No solo somos luz, y ustedes nos lo recuerdas; pero es necesario arrojar la luz de la esperanza en la oscuridad de la humanidad, el individualismo y la indiferencia. Ayudadnos a vislumbrar la luz, la belleza que salva», les indicó.

Ante una época que definió como «de colonización ideológica mediática y de conflictos lacerantes», el papa pidió que los artistas cultiven «el principio de armonía para habitar más nuestro mundo».

Este acto se realizó con ocasión del 50 aniversario de la inauguración de la Colección de Arte Moderno y Contemporáneo de los Museos Vaticano y para recordar una serie de encuentros papales dedicados a los artistas, cuyo primer acto se remonta a 1964, cuando Pablo VI pidió que se renovara la amistad entre la Iglesia y los propios artistas. Sentados en la capilla Sixtina, los méxicanos Bárbara Gil, Alejandra Gómez Macchia, Brenda Lozano; los argentinos Leandro Erlich, Raúl Gabriel y Pablo Reinoso y los españoles Javier Cercas, Cristina Morales y Vicente Amigo, entre otros.