David en la cocina de Tardor. | Click

TW
1

David Carmona, conocido como David de Roca, ya que nació en la barriada palmesana de Son Roca,    es un reconocido chef que trabaja como tal en el Puro Beach de Illetes, tras una larga trayectoria ya que antes estuvo con Jacinto del Valle, en el Porto Pí,    Aramis, Ses Oliveras, etc., lo que evidencia que, aunque joven, su recorrido como profesional es largo.

Su tiempo libre lo dedica a otras dos actividades: como miembro que es de Ascaib (Associació de Cuiners de les Illes Balears), fundada por Koldo Royo y dirigida actualmente por José Cortés, unos días a la semana se pasa por el comedor social Tardor a hacer la comida que se entregará a lo largo del día a las personas que conforman la ‘cola del hambre'. Con anterioridad cocinó para el también comedor social de Zaqueo y dio clases de cocina a los chavales ingresados en Es Pinaret.

«Antes iba a Tardor a las seis de la mañana, y ahora voy de las ocho a las diez, para, una vez que lo he dejado dispuesto todo, irme al Puro Beach, donde permanezco hasta las siete de la tarde… Aunque a veces es más tiempo, porque todo depende de    los clientes que tengamos».

Su trabajo, aunque es el mismo, crear y cocinar, es para clientela distinta: para gente con medios y para gente sin medios. Pero a ambos los trata con la misma profesionalidad. Un trabajo le da para vivir    –está casado y tiene dos hijos– mientras que el otro es por solidarizarse con quien no tiene nada, «que me da la impresión de que cada ve son más». «Basta, si no, ver cómo son de largas las ‘colas del hambres' de unos meses a esta parte», dice. «Toda esta situación se explica    porque, con la inflación que padecemos, producida, entre otras cosas, por la guerra ruso-ucraniana, la subida del precio de la luz, etc.,    los sueldos siguen más o menos igual, y personas, sobre todo jubilados, que antes podían vivir con lo que cobraban cada mes, ahora se ven obligadas a acudir a las colas. Así se ahorran las comidas, lo cual no deja de ser duro pues a nadie le gusta verse en un lugar así. Pero si no hay más remedio… Por eso, cuando cocino para ellos, pongo el mismo interés que cuando me meto en la cocina del restaurante, o cocino por encargo para alguien que reclama mis servicios».

Y es que David, después de cumplir con su jornada laboral en el restaurante, y siempre que nada le entorpezca, va de por libre, ofreciendo sus servicios como chef a quien los reclame. «Lo hago por gusto, porque lo mío es la cocina, donde, además, es el lugar en que se aprenden más cosas, y también por echar una ayuda a la economía familiar», asegura. David trabaja de diversas maneras. Una, cocinando para una fiesta, una cena, un cumpleaños, etc. Otra, además de preparar la cena, ofrece la posibilidad de hacer la compra, llevar camareros, cortador de jamón... «¿Que dónde se hacen este tipo de cenas? Generalmente, en la casa de la persona que te contrata, o, como sucede últimamente, en barcos…. Tú llegas, lo preparas todo, condimentas, sirves, recoges y te vas. Como si fueras un chef a domicilio». También le contratan futbolistas. No dice nombres, pero sí ligas. Entre ellas futbolistas de la Premier y la Bundesliga, sobre todo. «Incluso algunos me piden si me pueden acompañar a hacer la compra y así ven cómo son los mercados. Son buena gente, muchos con familia, que además me tratan muy bien».

Y también le contratan como arrocero, sobre todo para eventos. Y lo hacen solo y exclusivamente para hacer paellas, que las hace muy ricas, puesto que es maestro arrocero. «¿Que de qué tipo? Del que me pidan: de marisco, ciega, negras, del señorito…    Paellas con gambas, sepia, caldo de espina y cabeza de pescado… También paellas de la huerta –matiza–, hechas a base de verduras, hortalizas… Paellas riquísimas, si me permite que lo diga. Paellas que me suelen pedir los musulmanes, pues no llevan ningún tipo de carne. Por eso se llaman de la huerta. En cuanto al arroz, uso siempre arroces de primera línea, como el Molino Roca». Y lo bueno para él, es que hacer paellas a domicilio tiene cada vez mayor demanda.

Por último, y en cuanto a la temporada veraniega, David señala que «ha venido gente, pero creo que un poco menos que el año pasado. Esa es mi percepción». «De todos modos, no nos podemos quejar. Está siendo una buena temporada», concluye.