Los jugadores del equipo de baloncesto de la Fundación Asnimo, con síndrome de down o autismo, todo un ejemplo de superación
De pie: Izaskun Márquez, entrenadora, con Marta Ricci, Jorge Roel, Alejandro Ballester, Antonia Martínez y Mateo Cañellas. Agachados: Víctor Garau, Oscar Díaz, Kevin Gómez, Víctor Morillas y Néstor Viña. | M. À. Cañellas
Entrar en la cancha deportiva de laFundación Asnimo es toda una experiencia. El silencio se rompe a ratos por los aplausos y gritos de un grupo de jóvenes que, a pesar de un calor de justicia, se dedica a lanzar canastas ordenadamente; bueno, todo lo que este equipo considera que es ‘hacerlo de forma ordenada'. Izaskun Márquez ejerce como monitora, entrenadora y maestra de ceremonias, todas las funciones al mismo tiempo, mientras corre de arriba abajo de la pista, grita, ordena, da ánimos y corrige a los chicos. También tiene tiempo para llamar la atención a una de las jugadoras, Marta, que no sabía que ese día tenía entrenamiento y había acudido con albarcas menorquinas. «Y aún así es buena. Mire cómo corre, da igual que no lleve zapatillas deportivas», nos dice con orgullo la entrenadora mientras la ve encestar.
Al más puro ejemplo de la taquillera películaCampeones (2018), del director Javier Fesser, cuya secuela se ha estrenado en cines precisamente este mismo fin de semana, la docena de jugadores que forman el equipo de baloncesto de la Fundación Asnimo tienen síndrome de down o autismo. Las Islas pueden vanagloriarse de tener a sus propios 'campeones' de película.
Este grupo bien avenido acaba de finalizar cuarto en el I Torneo Fundació ‘La Caixa' de baloncesto adaptado de la Comunitat, aunque antes de la pandemia ya saborearon las mieles de la victoria, llegando a ser campeones de Mallorca y subcampeones de Balears. Son todo un ejemplo de superación, diversidad e inclusión, y viven el basket con auténtica pasión; o lo que es lo mismo, deporte en mayúsculas.
Entre canasta y canasta confirmamos que son un grupo bien avenido y que rascan tiempo de su día a día para poder entrenar a baloncesto porque algunos trabajan, como Néstor Viña, que vive en la residencia de Asnimo y está empleado en los almacenes de una cadena de supermercados, o Carlos Cruz, de 36 años y uno de los líderes del equipo, que no ha podido participar en el reportaje gráfico porque tenía turno en la cafetería en la que trabaja. También practica pádel y entrena a un equipo de fútbol «Somos un grupo muy unido. Vamos todos a una», ratifica este joven entre café y café, mientras hablamos con él.
Otro compañero de equipo, Víctor Garau, que también practica la natación, señala que lo mejor del torneo es el «trabajo en equipo» durante los entrenamientos y los encuentros, las ganas que tienen de jugar siempre y la sensación de hacer deporte «no solo como un hobby, si no como algo más», repasa este joven, al tiempo que otro miembro del equipo, Kevin Gómez, resalta que «lo importante no es competir o ganar sino pasar tiempo juntos, disfrutar de una actividad deportiva y vivirlo lo más intensamente posible».
No piensa exactamente lo mismo Antonia Martínez, una de las dos chicas que integran el equipo, que con un semblante muy serio, le replica que «a mí me gustaría ganar, no solo divertirnos». Ella lo deja claro. Habrá que tomarse más en serio la segunda edición del campeonato de la Fundació ‘La Caixa'. Tolo Márquez, director de la Fundación Asnimo, recuerda que «a nuestros chicos les encanta competir, sentirse de un club, ganar o perder no es lo relevante del campeonato», apostilla el responsable, al tiempo que confirma que la actividad ha sido tan positiva, que ya se está poniendo en marcha la segunda edición del torneo.
«Esta vez participarán ocho equipos; el campeonato se desarrollará entre noviembre y junio con una jornada de partidos mensual y se adaptará a las necesidades de todos nuestros jugadores», finaliza Márquez. Lo que está claro es que volveremos a ver jugar a estos chicos un año más.
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Para que se entienda que aunque tengan necesidades especiales puedan entender las cosas adaptadas a cada uno/a de ell@s y hay que aceptarl@s