Sylvia Moneypenny, Sally Brannan y Carol Miller, en la tienda de Lion’s Charity de Palmanova. | Pere Bergas

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El pasado lunes, desde el Palacio de Buckingham emitieron un comunicado que conmocionó a la ciudadanía británica: la semana pasada, tras ser dado de alta del hospital después de una cirugía por agrandamiento de la próstata, el rey Carlos III fue diagnosticado de cáncer. Desde la Casa Real Británica expresan que el rey «se muestra optimista con su tratamiento y espera volver a desempeñar plenamente sus funciones públicas lo antes posible», pero no aportan más información sobre el tipo de cáncer que padece. Desde la distancia, los británicos afincados en la Isla, o que pasan sus vacaciones en Mallorca, opinan sobre la noticia.

Con buena parte de sus locales con las persianas bajadas, Palmanova presenta en temporada baja un aspecto muy distinto al estival. Pero esto no quita que los británicos residentes en la zona disfruten de pasear frente a la playa o tomar algo en los bares costeros, junto a sus compatriotas. En la Avinguda de la Platja se halla la tienda benéfica de Lions Club Calvià, atendida por Sylvia Moneypenny, Carol Miller y Sally Brannan, que tomaban el té mientras comentaban la noticia. «Lo vi ayer en televisión. Es una noticia muy triste, amamos la monarquía. Pero continuará de un modo u otro», afirma Sally. «Ha sido un gran shock. Pero creo que Guillermo sería un gran rey; le gusta a todo el mundo», dice Sylvia, de 90 años, a lo que Sally añade bromeando: «Si deja a Meghan en Estados Unidos, Enrique también puede volver».

«¡Pero si ella no ha hecho nada!», le espeta su amiga Carol Miller, «lo más positivo de todo esto es que muchos tomarán conciencia sobre la enfermedad y se someterán a exámenes preventivos. Padezco cáncer de colon, y estoy bien porque lo detectaron a tiempo. Es importante visitar al médico con regularidad, y hablar del cáncer sin tapujos», afirma Carol. Mientras saca del bolsillo un folleto informativo y un test de sangre oculta en heces, Sally concluye: «Entre lo de Carol y lo del rey Carlos III, decidí coger hora en el médico. Mañana lo visito».

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Algunos ingleses, como Brian Alter, que paseaba frente a la playa a su pastor de los Pirineos, «se llama Murray, por Andy Murray. Y su hermano se llamaba Nadal», se muestran optimistas: «Me enteré por la televisión, y se recuperará, estoy seguro. Su hijo William está a su lado. Todo irá bien». Por su lado, Rachel Thompson, procedente de Leeds y afincada en Palmanova, opina parecido a las simpáticas dependientas de Lion’s Charity Shop. «Tener cáncer da mucho miedo. Yo lo he padecido y es algo horrible. Es bueno que lo hayan hecho público: Carlos III es una gran figura, un hombre poderoso que lo tiene todo. Y, como tú o como yo, también puede padecer cáncer. La gente tomará conciencia».

Otros, como Dave y Kim Morgan, se encontraban sorprendidos por la noticia: «William será rey antes de lo previsto. Contra todo pronóstico, estaremos vivos en su coronación», dice el matrimonio. «Si te soy honesta, no soy fanática de la monarquía. Es triste que tenga cáncer, pero muchísima gente lo padece y no se les hace tanto caso», opina Sarah Tomloson, de 27 años, que paseaba por Palma en sus vacaciones. A algunos que llevan mucho tiempo fuera de su país no les afectó tanto la noticia: «Sinceramente, no me afecta mucho. Nunca fui muy monárquica. Cuando vivía en Gales lo era algo más, por el colegio, los medios de comunicación, la familia... Eso sí, espero que se recupere lo más rápido posible», expresa Nicole Philips, estanquera en Palmanova.

«No soy monárquica, aunque Carlos es un rey que me gusta. Es una persona sensible; tiene interés por la cultura, la arquitectura y la naturaleza. De hecho, los problemas que pudo tener fueron por su sensibilidad. Es algo trágico, pero ha llegado al trono muy mayor y es algo que, alcanzada una edad, sucede. Ya pasó algo parecido con el hijo de la reina Victoria, Eduardo VII -fue heredero directo durante 51 años. Imagínate la tragedia; su hijo Guillermo, que ya le suple en algunas funciones, tendría que sucederle. No es el mejor momento», afirma la escritora y actriz británica Kathleen Bendelack, afincada en la Isla.