Con el Fitboxing se trabaja todo el cuerpo con abdominales, flexiones, ejercicios de fuerza. Además, se aprenden técnicas de lucha y hace que las mujeres que lo practican se sientan más seguras. | Teresa Ayuga

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Tres o cuatro veces por semana Paula Ginard, América Sánchez, Melanie Moreno, Esperanza Font y Carla Rivas quedan para entrenar en Brooklyn Fitboxing. Junto a su entrenador, Iván Tosco, se preparan para participar en la gran final de los Fitboxing World Games, que tendrá lugar este sábado en la Caja Mágica de Madrid. Su equipo, ‘Femmes Fighters’, ha superado cinco torneos clasificatorios y es uno de los 64 mejores del mundo en esta disciplina. La competición constará de tres asaltos, de dos minutos cada uno, con 45 segundos de descanso entre uno y otro. Todos los equipos deben ejecutar la misma coreografía predeterminada, llamada challenge, con movimientos de ataque, defensa, bloqueo y desplazamiento sobre un saco de boxeo, al ritmo de la música. El saco está dotado de sensores sincronizados con la música que captan la fuerza de los golpes y su coordinación con respecto al beat.

«No nos gusta llamarlo coreografía, porque no es un baile. Aunque tenemos mucho ritmo», señalan las integrantes de Femme Fighters, ataviadas con su camiseta oficial morada, «el color de las mujeres». Son el único equipo mallorquín en esta final, en la que se enfrentarán a equipos masculinos, femeninos y mixtos. Ya tienen experiencia, pues el año pasado también llegaron a la final, quedando en la posición 34 de 64. «Este año aspiramos a mejorar el resultado, pero sobre todo a divertirnos y superarnos», destacan. Si ganamos, donaremos los 10.000 euros de premio a la ONG mallorquina Cleanwave Foundation, que se dedica a la limpieza de los mares. Y además, nuestro entrenador ha prometido que se cortará el pelo», aseguran.

«El equipo tiene mucho flow, todo el mundo que las ve se queda maravillado», asegura Tosco, quien ha seleccionado a las integrantes del equipo entre sus alumnas. «Lo más importante es el estilo, la técnica, el ritmo y la actitud», señala. Aunque parezca mentira, ninguna de las cinco ‘Femmes Fighters’ lleva mucho tiempo practicando Fitboxing. La que menos lleva un año y medio, y la que más, cuatro años, y excepto Paula, que es cinturón marrón de karate, las demás no tienen a sus espaldas una trayectoria destacable en otros deportes, más allá de ir al gimnasio o, en el caso de Carla, practicar tenis.

«Es una disciplina muy completa. Se trabaja cardio, coordinación, y técnica. Y me gusta mucho pegar», reconoce Melanie, que trabaja en el sector náutico. «Y encima, no te pegan. Tiene los mismos beneficios que el boxeo, pero sin recibir golpes», añade Paula, de profesión maestra, quien destaca «la adrenalina y el ritmo» como los elementos que más le enganchan del Fitboxing. «Liberas mucha tensión y te desestresas. Sales renovada», incide Carla, funcionaria. «Trabajas todo el cuerpo, desde el dedo del pie hasta la coleta: haces abdominales, flexiones, mucho trabajo de fuerza,...», enumera Esperanza. «Además de ponernos muy en forma, hemos aprendido técnicas de lucha y tenemos el cuerpo entrenado para poder defendernos si alguna vez lo necesitamos, así que encima, nos sentimos más seguras», coinciden.

Junto a las integrantes de Femmes Figthers, viajará a Madrid una treintena de amigos y seguidores, todos ellos con su camiseta morada, que les darán apoyo y ánimos desde la grada, como ya han hecho en los trofeos clasificatorios. «Somos como una familia, sentimos sus victorias como nuestras. Hemos viajado a tres de las cinco pruebas que han tenido que superar para llegar a la final, y estamos seguros de que obtendrán un gran resultado, porque son las mejores», aseguran.