Se define como emprendedor y visionario. Gonzalo Retenaga, madrileño y residente en Palma, quedó en tercera posición en el programa de televisiónMasterChef 12, concurso que ganó la participante Ángela Gimeno. «Desde que comenzó el programa en TVE fíjate que en cada edición se han ido alternando ganadores masculinos y femeninos, y en esta tocaba una mujer», reflexiona. Pero lejos de sus suposiciones, Gonzalo asegura que «Ángela era mi gran apuesta desde el principio. Está más que cualificada y sobrada para ganar y trabajar en las cocinas. Es una mujer currante, disciplinada, estilosa... lo tiene todo».
Entre idas y venidas a la península, pues a raíz de participar en MasterChef le han surgido numerosos compromisos, Gonzalo emprende nuevos negocios en Mallorca. «Sí, es verdad que me ha cambiado la vida, y mucho. Tanto empresarialmente, que me ha abierto muchas puertas, como en lo personal, ya que te da un empujón de ego. Además en las relaciones humanas es un gran aprendizaje con la convivencia de los otros participantes». Hombre afable, minucioso y observador, durante la entrevista, saluda a sus clientes y comenta con parte de su personal algunos detalles del local. «He cogido varios locales aquí en Cala Major, donde he abierto este smash double, pero en Palma estoy preparando lo que será el local piloto para franquiciar. Es mi primer objetivo, aunque sigo haciendo mis comidas privadas, eventos y caterings con una empresa».
Durante la charla destila pasión y conocimientos por la cocina. «Apuesto por la especialización y por el producto, y eso requiere pericia y conocimiento del mismo». Asegura que el programa «no sólo a mí, para todos los participantes ha sido un gran aprendizaje. He aprendido mucha cocina y mucha televisión, cómo se trabaja en plató, desde instalar un micrófono hasta los tiros de cámara. En cocina todos hemos hecho un cambio increíble, desde el primer programa al último». Le preguntamos si su participación en la pequeña pantalla finaliza aquí: «No, que va. Ya estoy en un programa para televisión, se trata de un espacio de cocina irreverente y canalla que se llama Indiana Go (por mi nombre, Gonzalo) y participarán muchos famosos y rostros conocidos».
Pese a su vertiginoso ritmo de vida, muestra cierto orden y tranquilidad. «En septiembre iré al curso del Basque Culinary Center, que me ha tocado en MasterChef, porque quiero seguir formándome». Respecto a los tres miembros del jurado y presentadores, opina que «Jordi Cruz no actúa, pese a lo que mucha gente se crea. Es tal y como lo vemos: serio y exigente. En cuanto a Pepe te diría que es un amor. Divertido, empático y muy currante, al igual que Samantha. Bueno todos son muy currantes». Sobre lo que no se ve en el programa, Gonzalo comenta que «lo mínimo que tenemos que tener los participantes es responsabilidad ya que hay 200 personas trabajando tras las cámaras y cada programa cuesta 735 mil euros».
Entre las anécdotas y curiosidades, le preguntamos si se liga más tras salir en televisión. «Sí, ligo más. Pero eso lo hace la televisión. Incluso me dicen que salgo muy guapo en la tele, pero yo creo que gano más en las distancias cortas (ríe). No, en serio. La gente se acerca más y es normal. Ten en cuenta que durante 13 semanas he sido un intruso o uno más en sus hogares, por lo que ya te conocen». En sus proyectos culinarios se dirige tanto a la alta cocina como a la básica. «¿Para hacer una buena hamburguesa? Yo utilizaría un buen pan de coca de patata, la mejor carne de lomo bajo madurada 30 días y la mejor plancha de cromo duro y gorda».
Muchos son los negocios que Gonzalo ha emprendido, especialmente en Madrid, años antes de venir a Mallorca por amor, aunque ya no esté con la misma pareja. Pero la Isla le enamoró tanto que volvió a conocer a su actual pareja y ahora sigue aquí sus iniciativas y proyectos. «Yo hago ‘ciencia' con la comida. Miro y observo, aprendo y lo llevo a la realidad. De hecho fui, sino el primero, uno de los primeros en España que empezó hacer smash double. Y fue en Deià». También mira atrás y reconoce que nunca pensó que podría ganar MasterChef, pero «además de aprender mucho, sé que en la final he tenido fallos en el cocinado». Respecto a llegar hasta el último programa, comenta que «una de las cosas que me llevaron hasta ahí ha sido la fortaleza mental. Es un valor y ser un buen ‘encajador' de todos los imprevistos y tropiezos es una gran virtud».
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