Palma es una ciudad preparada para ser visitada en bicicleta.

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Conocer la Isla a lomos de una bicicleta es la mejor forma de vivir una experiencia plenamente inmersiva con el paisaje balear. Ademas de una actividad muy saludable, deslizarse sobre carreteras que siluetean el mar, atravesando pueblos con encanto y prados, con la imponente Serra de Tramuntana como telón de fondo, no tiene precio.

Y en Mallorca el agradable clima mediterráneo se alía con una extensa red de carreteras y vías secundarias desarrolladas para satisfacer las necesidades de los ciclistas. Todo ello hace de la Isla un lugar formidable para los amantes de esta práctica, que puede llevarse a cabo durante todo el año, siendo de septiembre a junio los meses más recomendables, a fin de sortear el período de temperaturas más elevadas.

La zona de la Playa de Muro es uno de esos destinos subrayados para la práctica del cicloturismo en Mallorca. Rutas en bici de todos los niveles permiten descubrir desde una bicicleta algunos de los secretos mejor guardados de la Isla: pueblos con encanto, espectaculares miradores, recorridos a través de áreas naturales, calas de ensueño. Todo es posible pedaleando desde esta zona rumbo a Orient, uno de los municipios de montaña que mejor ha conservado su esencia con el paso del tiempo.

O apuntando a Randa, donde se encuentra uno de los miradores más hermosos de Mallorca, en el santuario de Cura. Desde donde además de unas sobrecogedoras vistas sobre la Isla, encontraremos un establecimiento para tomar un bocado. Eso sí, prepárese para una subida exigente de 5 kilómetros con un desnivel del 5,6 %.

Otra ruta tan interesante como gratificante es, sin duda, la del Cap de Formentor. Una de los trazados más famosos de Mallorca por sus espectaculares vistas. Se puede iniciar desde el Port de Pollença y hay una distancia de 20 kilómetros hasta llegar al faro del Cap. Mencionar como apunte que desde que se prohibió el acceso a los vehículos y motos de uso privado en temporada alta (julio y agosto), este ruta es una de las más seguras. A continuación desgranamos otras rutas interesantes.

Sa Calobra

Sa Calobra es un pequeño núcleo pesquero, sujeto al municipio de Escorca, situado en la desembocadura del Torrent de Pareis. Esta ruta impone por sus bellas vistas, sus reviradas curvas y la dificultad de su ascenso. Tiene una longitud de unos 10 kilómetros.

De Binissalem a Biniagual

Ejemplo de lo que debe ser un agradable recorrido por carreteras asfaltadas. Con punto de inicio en Binissalem, municipio enclavado en el mismo corazón de la Isla, el trazado parte en la estación de tren de Binissalem y desde allí se atraviesa el pueblo hasta llegar a la carretera principal para llegar al Camí de s’Aigo y avanzar por un desvío dirección Sencelles– Biniagual. En una hora se consigue llegar hasta Biniagual, tras cruzar por un paraje rural y campos de cultivo típicos de la zona.

Desde el área de Portopí hasta el Arenal, atravesando por las zonas del Portitxol, es Molinar y Ciutat Jardí. Esta es la ruta ciclista más famosa de Palma, transcurre frente al mar y destaca por un recorrido llano. Esta ruta permite conocer el Passeig Marítim de Ciutat, así como algunas de las playas y la Catedral de Mallorca.