Imagen de Damián García. | Click

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Damián García, trabajador de EMAYA –en la actualidad, destinado en el departamento de aguas, y más concretamente en el de guardia, es decir, que está en estado permanente de guardia por si hay una avería acudir a repararla sea la hora que fuere–, es, como se sabe, púgil, o más concretamente, K-1, que es una variante del Kick Boxing, dónde atacas y te defiende con puños, rodilla y pies, habiendo alcanzado en esta modalidad los entorchados de Campeón del Mundo, de Europa y de España, con las federaciones WKL, WAKO y CEK, respectivamente.

16 años en su contra. Pues bien, Damián, con 45 años cumplidos, 110 kilos de peso, y en plena forma, gracias a los entrenamientos que está llevando a cabo de la mano de su preparador, Ismael Navarro, entrenos para mejorar su condición física, fondo y fuerza –«en realidad, siempre había entrenado solo, hasta ahora», confiesa–, subirá de nuevo al ring el próximo 16 de noviembre, en Son Amar, en un espacio a propósito, para disputar un combate contra el ucraniano Vajtan Shanava, de 29 años, contra quién tendrá que ir con cuidado, de lo cual es consciente, «sobre todo porque no es lo mismo recibir golpes cuándo tienes mi edad a cuándo tienes la de él», lo cual le hará llevar a la práctica una de las máximas de Rocky: Lo importante no son los golpes que das, sino lo que eres capaz de soportar sin bajar los brazos.«Sí, eso, lo de encajar los golpes, lo tengo muy claro. Porque, ya te digo, sobre todo a la hora de recibir, la edad influye. Por eso me estoy preparando».

Damián confiesa que vuelve al ring, no por dinero, sino «por sacarme la espinita de la última pelea, disputada en Portugal, en la que me dieron perdedor porque, según los jueces, le di un codazo a mi rival. Por eso me descalificaron… Y por eso es por lo que vuelvo, porque me quiero retirar con una victoria en mi palmarés», palmarés extenso, pues de las 50 peleas que lleva disputas, 35 las ha ganado por KO. «¿Qué si he perdido alguna por KO? Sí, claro. Te quedas… ¿Cómo te lo diría? Te quedas que pierdes el conocimiento. Te caes, te levantas, o te levantan, sin saber dónde estás de lo perdido que andas. Sí, es una sensación muy extraña».
Con esas 50 peleas no se ha hecho rico, ni nada por el estilo. «En la que más, gané 6.000 euros. Y fueron tres peleas en una noche que disputé en Alicante… Sí, la primera era boxeo puro, la segunda Kick Boxing y la tercera Full Contac. A cada una la gané en el primer asalto. Eran otros tiempos, claro».

«Nadie me ha regalado nada». Llegados a este punto, le preguntamos si alguna vez peleó en la clandestinidad, lejos de lo reglamentado; peleas que se celebran en cualquier parte, pero siempre en lugares apartados o que no estén a la vista, dónde las reglas es lo que menos importa, puesto que ahí vale todo, y en las que se apuestan grandes sumas de dinero. «Pues sí, me hubiera gustado participar en esas peleas, más que nada por ver si la realidad es como te la cuentan en el cine, pero… Es que no me han dado oportunidad, ni tampoco sé si este tipo de peleas se hacen en España».
Damián, que se siente satisfecho con lo logrado sobre el ring, considera que el boxeo, en España, no está lo considerado que se merece. «Hoy, un chaval, gana la pelea y se convierte en campeón de España y los medios apenas le hacen caso. Y las autoridades, menos todavía… O al menos, a mí, no me han ayudado, por lo que puedo decir que lo que he conseguido, lo he conseguido yo, a base de entrenamientos duros, muchos esfuerzos y no pocos sacrificios. Y te diré más: hace unos años disputé el campeonato de Europa en el Palma Arena, pelea que gané, pero por la mañana tuvimos que montar el ring. Si mal no recuerdo fue en 2011… Y por la noche, ya te digo, gané por KO. Y también ganó David Martín, proclamándose campeón de España».

Entrena a chavales y a adultos. Volviendo a la pelea del próximo 16 de noviembre, Damián confía en sus fuerzas y en la preparación que está llevando a cabo, «y así poder retirarme con una victoria. Porque después de este combate, ninguno más –asevera–. Y es que, como te he dicho, este es un deporte muy duro, exige muchos sacrificios y yo tengo una edad y una familia con cuatro hijos en la que tengo que pensar y… Pues como te he dicho, creo que ya lo he hecho todo sobre un ring».
Aparte de su trabajo en EMAYA, en su tiempo libre –pelea del próximo 16 de noviembre al margen– se dedica a entrenar en el Dochan, el gimnasio de Luis Reboredo, pionero en Kick Boxing. Allí fue dónde comenzó a instruir a chavales y adultos, «sobre todo para que practiquen un deporte, ejerciten su cuerpo y su mente y… Bueno, pues que tal y como está el mundo hoy en día, sepan defenderse en el caso de que lo necesiten».

Por cierto, Damián está en las redes sociales, y de ellas, en la que más, en TikTok, «donde tengo más de 17.000 personas que me siguen. También estoy en Instagram, pero ahí con menos seguidores... Unos 2.000 y algo». Damián, cada vez que sube al ring, lo hace al son de la música, si mal no recordamos, del grupo de rap mallorquín Los Talegueros, «pero en esta ocasión no lo haré con ellos, pues se han separado. Pero seguro que hago el paseíllo desde el vestuario al ring con música. Y es que siempre lo he hecho... Y en esta ocasión, más, ya que será la última».