Imagen del profesor Fernando Blasco en la UIB este viernes. | Pilar Pellicer

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Uno de los libros de Fernando Blasco (Madrid, 1968) se titula Matemagia y allí el divulgador y profesor de Matemática Aplicada en la Universidad Politécnica de Madrid une sus dos grandes pasiones, más cercana la una de la otra de lo que podría parecer. Desde hace años representa espectáculos en los que explica los principios matemáticos de los trucos de magia que vertebran conferencias como la que ofrece hoy en la UIB para niños del programa de potenciación matemática ESTALMAT. En esta entrevista, Blasco reflexiona sobre educación, genios, cultura popular e inteligencia artificial.

¿Cómo se le ocurrió utilizar la magia para enseñar matemáticas a los niños?

—La idea me vino hace muchos años. Yo era mago aficionado y había leído mucho de joven a Martin Garner que era mago y divulgador de matemáticas. Un día, de repente, acabé subido a un escenario haciendo ‘matemagia’. El formato gusta. Lo que tiene la magia es que casi todo el mundo quiere saber el truco. En ese momento es cuando aprovecho para explicar a los niños el principio matemático de cada juego. Revelo el truco de algunos pero no jorobo a los magos porque no son trucos que se usen en espectáculos. Así se interesan y puedan buscar y conocer más a nivel artístico y matemático. Un truco es bueno cuando despierta los sentimientos del que lo ve.

Mucha gente percibe las matemáticas como una disciplina árida y difícil de entender...

—Sí, normalmente, o amas las matemáticas o las odias. No hay término medio. A lo mejor, los docentes tenemos parte de culpa al solo mostrar la parte útil y no hacerla atractiva. En matemáticas es muy importante la creatividad y esa parte no la potenciamos. Por ejemplo, la raíz cuadrada está fuera del currículo hace 15 o 20 años pero se sigue enseñando su algoritmo. La última vez que hice una raíz cuadrada fue dando un curso a profesores para demostrar sí me acordaba de como se hacía. En matemáticas sucede que se han descubierto cosas que no hemos sabido para qué servían hasta siglos más tarde.

¿Qué papel juega la creatividad para un matemático?

—Es muy importante. El tópico de que dos más dos suman cuatro es cierto pero para idear conceptos nuevos hace falta creatividad. Disciplinas más exactas como la aritmética suelen ser las que menos nos importa a los matemáticos. Hay problemas dificilísimos que tardan mucho tiempo en ser resueltos hasta que llega alguien con una idea creativa porque los métodos tradicionales no han funcionado.

Películas como ‘Una mente maravillosa’ o ‘La verdad oculta’ retratan al genio matemático como alguien antisocial, maniático y obsesivo. ¿Cuánta verdad hay en este arquetipo?

—En televisión, Big Bang Theory blanqueó en el buen sentido de la palabra este tópico. Son raros, sobre todo el personaje de Sheldon Cooper, pero entrañables. Sí que es verdad que siempre sale esa parte. En la vida real es un perfil que existe, pero no de una manera tan extrema aunque alguno hay.

¿Es España un país potente en el campo de las matemáticas?

—A nivel de publicaciones científicas, estamos en una buena situación. Hemos avanzado. Estamos al mismo nivel que los países similares a nosotros, pero no tenemos un Rafa Nadal. Nunca hemos ganado una Medalla Fields (distinción que otorga la Unión Matemática Internacional a los mejores matemáticos menores de 40 años). El Gobierno ha intentado que el investigador de la Universidad de Alicante Francis Mojica, que fue de los primeros en estudiar las secuencias genéticas CRISP, le den el premio Nobel. No ha habido suerte pero ha estado muy cerca. A nivel de Primaria y Secundaria, los alumnos están al nivel de los países de nuestro entorno pero tenemos menos que consiguen llegar al máximo nivel.

Hace años que uno de los temas estrella en el campo científico es la inteligencia artificial. ¿Son un problema o una solución?

—Yo pruebo los problemas que pongo en exámenes de primero de carrera de Ingeniería y los hace mal. No he llegado a dudar en favor de la máquina. El Chat GPT es como el alumno que no sabe pero quiere disimular que sabe y te dice algo aunque esté mal y va diciendo muchas cosas pero falla en algún paso. Está entrenado en unos patrones. La IA va a cambiarlo todo, creo que para bien. Pero todo puede tener su parte mala.