La National Music Publisher's Association (NMPA) -en la que figuran los sellos editoriales más destacados de Estados Unidos, como BMG Rights Management y Concord, y que se encarga de proteger, promover y fomentar los intereses de creadores de música en Estados Unidos- ha sido la encargada de interponer esta denuncia al considerar que la plataforma «alimenta su negocio con innumerables copias infractoras de composiciones musicales».
Así se indica en la demanda interpuesta contra el actual propietario de Twitter, Elon Musk, por utilizar indicriminadamente las canciones de los artistas que tienen registradas alreedor de 1.700 obras en las 17 editoriales que conforman la NMPA.
Estas aseguran en su demanda que «mientras que numerosos competidores de Twitter reconocen la necesidad de licencias y acuerdos adecuados para el uso de composiciones musicales en su plataforma, Twitter no lo hace».
De hecho, insisten en que la plataforma «está plagada de infracciones de derechos de autor» y que tanto antes como después de su adquisición por parte de Musk la red social «se benefició de la infracción de derechos de autor, a expensas de los creadores de música, a quienes Twitter no paga nada».
Asimismo, puntualizan que su misión es tanto proteger los derechos de autor de los artistas como su propia actividad como asociación, debido a que "la protección del 'copywright' es lo que permite a los editores de música invertir mucho dinero, tiempo, esfuerzo y talento para desarrollar, promover, publicar, administrar, adquirir, licenciar y explotar de cualquier forma los derechos de autor de las composiciones musicales escritas" por sus compositores representados.
Contenido musical como reclamo
En su denuncia, la NMPA sugiere que es precisamente el contenido que esta provee el que hace que Twitter se haya convertido en una plataforma sólida más allá de su interés inicial, ya que cuando se conformó, en 2006 «era una web para tuits de solo texto».
Por ello, acusa a la red social de haber facilitado a los usuarios la publicación de contenido que infringe el 'copywright' «para promover sus intereses» y sin la autorización expresa de las editoriales de música.
Como resultado de esta actividad ilegal, los firmantes aseguran que «han sufrido y seguirán sufriendo daños sustanciales e irreparables», por lo que tienen derecho a una indemnización por daños y prejuicios valorada por un importe de hasta 150.000 dólares por cada obra infringida.
En suma, exigen a Twitter una indemnización de unos 255 millones de dólares por no haber respetado los derechos de autor de artistas y compositores incluidos en los catálogos de estos sellos editoriales.
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