La última vez que en Estados Unidos se modificó el estándar de banda ancha fue en el año 2015, cuando la FCC votó a favor de aumentar las velocidades mínimas de descarga y de carga, que entonces eran de 4 Mbps y de 1 Mbps, respectivamente.
Entonces, el 6,3 por ciento de los hogares estadounidenses no tenían acceso a la banda ancha por debajo del umbral anterior, mientras que otro 13,1 por ciento no podía acceder a este servicio con el umbral entonces establecido, tal y como recuerda The Verge.
Con el objetivo de ampliar el acceso a la banda ancha a más ciudadanos estadounidenses, se aprobó la norma conocida como neutralidad en la Red, una ley que buscaba garantizar el carácter abierto de la Red y extender la prohibición a las operadoras de priorizar el tráfico a través de las llamadas vías rápidas. Esto es, los proveedores debían dar acceso a los contenidos sin privilegiar a un usuario o empresa por encima de otros en la descarga de datos a mayor velocidad.
Esta medida, aprobada durante el Gobierno de Barack Obama, concluyó dos años después, durante la Administración de Donald Trump y con la FCC bajo control de los republicanos, lo que benefició a grandes proveedores de servicios de telecomunicaciones, como Verizon, Comcast y At&T.
Con el fin de la neutralidad de la Red, se podían ofrecer paquetes de servicios de internet con mayor velocidad de descarga y carga; una medida que según el entonces presidente de la FCC, Ajit Pai, no iba a interferir en el acceso a internet por parte de los usuarios con menos recursos.
Una de las grandes detractoras de esta medida fue la comisaria demócrata Jessica Rosenworcel, que abogó por el aumento de los estándares mínimos de banda ancha más allá de los 25Mbps aprobados entonces, para alcanzar velocidades de descarga de 100Mbps.
En octubre del año pasado, la FCC aprobó una propuesta para restablecer el concepto de neutralidad de la Red y proteger una internet abierta tanto a consumidores como a empresas; que se ha materializado con la aprobación de un nuevo estándar de banda ancha.
El informe de la Comisión, emitido de conformidad con la Ley de Telecomunicaciones de 1996, ha elevado el punto de referencia para la banca ancha fija de alta velocidad a velocidades de descarga de 100 Mbps y velocidades de carga de 20 Mbps, esto es, «cuatro veces más que los 25/3Mbps de referencia fijados por la Comisión en 2015», según ha anunciado este organismo en un comunicado.
La FCC ha explicado que este aumento en el punto de referencia de velocidad fija la capacidad de telecomunicaciones avanzadas se basa en los estándares que ahora se utilizan en diferentes programas federales y estatales, los patrones de uso de los consumidores y lo que realmente está disponible y comercializado por proveedores de servicios de internet.
Rosenworcel, que con la Administración de Joe Biden se convirtió en presidenta de la FCC, ha asegurado en un comunicado que el acceso a la banda ancha es «una oportunidad justa de alcanzar el éxito en el siglo XXI» y que, a pesar de ser una solución «atrasada», la definición del nuevo estándar permite «identificar mejor en qué medida los vecindarios de bajos ingresos y las comunidades rurales están desatendidos».
Con ello, ha matizado que desde la FCC también trabajan en un objetivo marcado a largo plazo en relación a la capacidad de la banda ancha, ya que esperan que en un futuro se puedan alcanzar velocidades de 1Gbps de descarga y 500 Mbps de carga de datos.
A modo de comparación, los objetivos de conectividad de la Unión Europea pretenden garantizar una cobertura de banda ancha de 100 Mbps para toda la población, cerrando con ello la brecha digital entre las zonas urbanas y rurales, y preparar el cien por cien del espectro de radio para 5G para 2025.
"millones de personas todavía no tienen la banda ancha que necesitan"
Tras un informe realizado a nivel nacional, la Comisión ha concluido que al capacidad de telecomunicaciones avanzadas «no se está implementando de manera razonable y oportuna» teniendo en cuenta el número total de estadounidenses, personas que viven en áreas rurales y otras que carecen de acceso a esta capacidad.
Así, a diciembre de 2022, aproximadamente el 28 por ciento de los estadounidenses que viven en zonas rurales y más del 23 por ciento de personas que viven en áreas indígenas no pueden acceder a este servicio de banda ancha.
Esto también sucede en la cobertura móvil 5G-NR, que no se ha implementado físicamente a velocidades mínimas de 35 Mbps de descarga y 3 Mbps de carga para aproximadamente el 9 por ciento de los estadounidenses.
"Esto significa que millones de personas todavía no tienen la banda ancha que necesitan para para participar plenamente en la vida moderna", ha matizado la presidenta de la FCC, que ha asegurado que desde la Comisión están «trabajando en ello» y «perfeccionando» sus programas de servicio universal.
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