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Se cuenta que en uno de sus famosos sermones de 1413 para consolidar la fe católica de los mallorquines, Sant Vicent Ferrer dijo que el apocalipsis llegaría cuando no se distinguirían las mujeres de los hombres porque se vestirían de igual manera, y el agua del mar alcanzaría las cotas del Convent de Sóller, a unos 65 metros sobre el nivel del mar. ¿Vamos camino de este momento? Claramente, y a diferencia de lo que debía suceder en el siglo XV, ahora apenas se da importancia a la vestimenta, cuando de lo que se habla es de la libertad de género. Lo segundo, el calentamiento global que funde los glaciares, es otra historia, mucho más seria para la Humanidad. Resulta curioso que el predicador valenciano relacionara ambos acontecimientos hace 600 años.

Acuerdo de papel mojado.

Y es que el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU resuena tan aterrador como debieron serlo las palabras del santo. Los científicos auguran otro apocalipsis: olas de calor extremas –como la que sufrimos ahora en Balears– y reiteradas; lluvias torrenciales y sequías interminables. Dicen que la Tierra se calentará más y más. En un plazo de 50 años desaparecerán multitud de especies y millones de personas morirán por los efectos medioambientales extremos. Organizaciones ecologistas afirman que la única solución es aplicar de inmediato el Acuerdo de París para evitar las emisiones de efecto invernadero. Prácticamente todos los países del mundo firmaron este tratado para reducir la producción y decrecer en consumo, pero sus efectos no se han notado en absoluto.

Colapso mundial anunciado.

Es imposible cambiar los sistemas de producción y los hábitos de consumo en meses o años. Así, el mundo va camino de un colapso medioambiental ya sin solución. Hay científicos, en minoría, que defienden lo contrario: que el hombre no influye en el cambio de clima. Pero sus tesis son tan denostadas como incierto el futuro.