Palma26/08/23 0:29
De las posibles salidas que tenía el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, el directivo ha elegido la peor: atrincherarse en el cargo, no dimitir y, encima, culpar a la jugadora Jennifer Hermoso del beso no consentido que le dio tras ganar el mundial femenino. El clamor contra él, no solo en España, es atronador y su comparecencia de ayer en la asamblea extraordinaria de la Federación solo ha hecho crecer la indignación y las peticiones para que deje ya el cargo. El jueves noche, su entorno filtró a algunos medios nacionales que iba a hacer pública su dimisión, pero al parecer los apoyos que ha recibido de las federaciones territoriales le hicieron cambiar de opinión.
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No se atrinchera Rubiales, se atrinchera la verdad.