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Los vecinos de las inmediaciones del Estadi Balear, en Palma, están molestos por la aparición de un asentamiento ilegal justo delante de la vía de cintura. No se trata del primer emplazamiento que surge en la capital, ya que frente al cementerio se instaló uno que sigue operativo a día de hoy y también hay otro en el cauce de sa Riera, cerca del polígono de Son Valentí. A estos, hay que añadir algunas chabolas que están apareciendo en la barriada de Cas Capiscol y tampoco hay que obviar la situación que se vive en la antigua cárcel de Palma, completamente okupada y donde se están multiplicando los delitos. Por un lado, se debería reflexionar por qué tantas personas quedan fuera del sistema y tienen que vivir en estas penosas condiciones y, por otro lado, las autoridades deberían controlar que este tipo de precarias edificaciones, muy peligrosas para los inquilinos, no proliferen tal y como está ocurriendo. En muchas de ellas el riesgo de incendio es muy elevado y ya se han registrado incidentes graves.

Crisis habitacional

En cualquier caso, es una evidencia que estos asentamientos ilegales están directamente relacionados con la emergencia habitacional que sacude a Mallorca desde hace varios años, y que ha abocado a muchas familias a vivir en condiciones lamentables porque no se pueden costear una vivienda digna debido al precio de los alquileres. El terremoto del mercado inmobiliario tiene unas profundas consecuencias en el plano social y económico.

Asunto prioritario

Llegados a este punto, es necesario que las administraciones se vuelquen con esta problemática, que está marcando la vida de tantos y tantos residentes en la Isla. El aumento, por ejemplo, de las caravanas aparcadas en muchas calles es otro indicio de esta crisis habitacional que parece no tener techo y que margina cruelmente a los más vulnerables.