El dramático derrumbe de la calle Cartago, en la Platja de Palma, mantiene, de momento, demasiadas incógnitas y preguntas sin responder. Las autoridades municipales están intentando aclarar si la terraza era ilegal y si los permisos de obras y reformas del Medusa beach club se habían ejecutado conforme al proyecto presentado. Sin embargo, hay serias sospechas de que la cubierta que se desplomó no podía soportar el peso que registró el jueves por la tarde, cuando unas cuarenta personas bailaban sobre aquel suelo. Se sabe ya que la Inspección Técnica del Edificio, que el inmueble pasó en 2017, determinó que la terraza era una zona «no transitable». Es decir, no podía ser utilizada para el fin que se le dio. Ahora, se deberá determinar de quién es al responsabilidad. Un simple vistazo a los herramientas de internet permite confirmar que la fachada exterior del negocio sufrió una profunda transformación en los últimos años. La cuestión es determinar si ese cambio profundo estaba respaldado por licencias urbanísticas.
Una tragedia con todavía demasiadas incógnitas
25/05/24 0:30
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