TW

El dramático derrumbe de la calle Cartago, en la Platja de Palma, mantiene, de momento, demasiadas incógnitas y preguntas sin responder. Las autoridades municipales están intentando aclarar si la terraza era ilegal y si los permisos de obras y reformas del Medusa beach club se habían ejecutado conforme al proyecto presentado. Sin embargo, hay serias sospechas de que la cubierta que se desplomó no podía soportar el peso que registró el jueves por la tarde, cuando unas cuarenta personas bailaban sobre aquel suelo. Se sabe ya que la Inspección Técnica del Edificio, que el inmueble pasó en 2017, determinó que la terraza era una zona «no transitable». Es decir, no podía ser utilizada para el fin que se le dio. Ahora, se deberá determinar de quién es al responsabilidad. Un simple vistazo a los herramientas de internet permite confirmar que la fachada exterior del negocio sufrió una profunda transformación en los últimos años. La cuestión es determinar si ese cambio profundo estaba respaldado por licencias urbanísticas.

Sobrepeso y antigüedad.

De momento, los bomberos han informado que una doble causa combinada de sobrepeso y antigüedad de la estructura provocó el colapso, que se saldó con cuatro muertos y 16 heridos de distinta consideración. En los restos de los escombros se ha constatado que el marés estaba afectado por la humedad y que el hierro se encontraba oxidado, por su proximidad al mar y porque tenía muchos años.

Respuestas urgentes.

Sea como fuere, una tragedia como de la calle Cartago, que ha tenido una amplia repercusión a nivel internacional, requiere de una investigación urgente y una rápida respuesta. Los vecinos se encuentran muy afectados por la tragedia y por la posibilidad de que haya otros locales en idéntica circunstancias, por lo que las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para garantizar que los locales son seguros.