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Un conocido inspector del cuartel de Sant Ferran, que se retiró en 2022, ha presentado una denuncia penal en un juzgado de Instrucción de Palma contra dos mandos de la Policía Local y el que fuera jefe del Departamento de Recursos Humanos porque, supuestamente, lo sometieron a acoso laboral durante años, con episodios continuos de humillaciones y vejaciones. Se trata, sin duda, de un caso muy grave que debe ser aclarado por el bien del Cuerpo policial y del Ajuntament de Palma, que es el responsable subsidiario. Además, se suma a la larga lista de escándalos que en los últimos años han afectado al cuartel municipal, que llegó a ser registrado por la Guardia Civil. Después padeció la desastrosa y tóxica instrucción del ‘caso Cursach' por parte del exjuez Manuel Penalva y el exfiscal Miguel Ángel Subirán. Desde entonces, las secuelas en el cuartel son muy profundas y se han creado enemistades difícilmente reconciliables. Un panorama, pues, preocupante.

Una nueva época.

La llegada del nuevo intendente, Guillem Mascaró, ha dado sin duda un aire nuevo al cuartel y muchos agentes han recuperado la ilusión perdida en los últimos siete años. Por este motivo, una denuncia penal como la que se ha presentado supone un duro golpe a la línea de flotación del Cuerpo y un nuevo frente abierto.

Llegar hasta el final.

Los jueces deberán determinar ahora si el contenido de las acusaciones contra los dos mandos y el alto cargo se ajustan a la realidad, pero en cualquier caso es necesario llegar hasta el final del asunto. Tras muchos años de oscurantismos, falsas denuncias entre compañeros, bandos enfrentados y un sinfín de situaciones que nada tenían que ver con el ámbito policial, el cuartel de Sant Ferran debe inaugurar una nueva época de ilusiones y nuevos proyectos.