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Un año no es tiempo suficiente para hacer una valoración profunda de una gestión política. Pese a todo, ayer las patronales del sector de la vivienda dedicaron buenas palabras a la ya exconsellera Marta Vidal, que a petición propia ya no capitanea la superconselleria d’Habitatge, Territori i Mobilitat. La menorquina ha alegado motivos personales para dejar el cargo y la presidenta Marga Prohens ha aceptado su salida de una de las consellerías más relevantes. El diputado José Luis Mateo es el nuevo titular. El Govern, a través de diversos canales, ya ha anunciado que el ejecutivo no cambiará el rumbo y que se seguirán las líneas trazadas durante los doce primeros meses de la legislatura. Vidal, en su rueda de prensa de despedida, destacó que deja planeadas más de 7.000 viviendas a precios asequibles, para intentar contener la crisis habitacional que golpea Balears de un tiempo a esta parte.

El principal problema.

Las dificultades para acceder a una vivienda, junto a la masificación, son dos de los principales problemas de los ciudadanos de Balears. En el caso del primero, supone un auténtico reto. Para las familias con menos recursos puede llegar a convertirse en una pesadilla. Los alquileres están por las nubes, los jóvenes no pueden independizarse y el mercado de la obra nueva es inalcanzable para muchos. Ante este panorama, la vivienda pública puede ser uno de los elementos para distensionar el mercado inmobiliario.

Un reto titánico.

Así pues, el reto al que se enfrenta el nuevo conseller d’Habitatge es titánico, sobre todo porque los expertos apuntan a que los precios seguirán subiendo a corto y medio plazo. El derecho a una vivienda digna queda recogido en la Constitución, aunque en Balears, al igual que en otros territorios, eso quede lejos. Mateo tiene mucho trabajo por delante.