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La congestión que padecen las carreteras, autopistas y vía de cintura están afectando al sector del transporte de mercancías, que en muchos casos ha visto cómo esta saturación vial provoca que el tiempo de reparto de algunas rutas se duplique. Es una consecuencia más de la masificación que sufre Mallorca, donde en verano se disparan los coches de alquiler que circulan por las carreteras y se suman a la población fija que se ha disparado en los últimos años. Asimismo, el colapso diario en muchos trayectos provoca una sensación de angustia en los conductores, que tienen que cumplir con los tiempos pactados y se encuentran con retenciones kilométricas. No es la única consecuencia que padecen los transportistas. La situación actual ha provocado que se incremente el número de accidentes, ya que las vías están tan colapsadas que cualquier despiste supone una colisión en cadena. En muchos casos, se trata de siniestros de carácter leve, pero en otros -por ejemplo en los vuelcos de vehículos pesados- puede suponer un grave riesgo para el conductor.

Una prioridad.

Descongestionar las principales arterias debe convertirse en una prioridad para nuestros políticos, porque una Isla con la red viaria saturada puede sufrir consecuencias serias, como lo son los tiempos de los repartos. La Guardia Civil de Tráfico realiza un trabajo ímprobo intentando controlar las vías principales y secundarias, pero la Agrupación cuenta con pocas patrullas y necesita refuerzos de plantilla.

Limitar el número.

Otro debate que se ha abierto es la limitación del número de coches de alquiler que entran en la Isla. En Formentera, por ejemplo, ya se propuso un modelo similar, ante el impacto medio ambiental que suponían tantos vehículos circulando en verano. Lo que está claro es que Mallorca no puede seguir soportando esta congestión vial, que cada año va a más.