11/09/21 3:59
La última genialidad surgida de los publicistas vaticanos ha sido el affaire de monseñor Novell, hasta hace nada obispo de Solsona. No me vengan ahora todos diciendo que sí, que sabían que Solsona existía y que tenía obispo. Desde hace días el pobre hombre es noticia porque ha colgado el hábito enamorado hasta las trancas de una escritora de Súria, ni más ni menos donde viven mis suegros.
1 comentario
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Los obispos ya no son lo que eran. Ahora dejan flecos sueltos y actúan sin plano topográfico. Parecen seminaristas.