Solo hay una forma de conocer y amar a Dios: amar al prójimo. «Lo que hicisteis a uno de mis hermanos me lo hicisteis a mí». (Mateo 25, 40) Esto no lo sabía el filósofo Nietzsche cuando proclamó la muerte de Dios: «Dios ha muerto», dijo. Ante la actual situación mundial, se está proclamando de nuevo la muerte de Dios. La pandemia del coronavirus está sometiendo a la humanidad a una crisis de incertidumbre y a sentir en carne viva la impotencia frente a un enemigo invisible que la está diezmando.
La humanidad está perturbada, no tiene información ante lo que es un virus y cómo éste puede actuar y matar a tanta gente. Algunos creyentes, frente a esta pandemia mundial, se preguntan si Dios ha muerto o sí, al menos, se ha sustraído y retirado del mundo, dejando de su mano a la humanidad entera.
Sin embargo, la humanidad, como nunca, ha descubierto al prójimo y como nunca le está ayudando a través de lo que hoy llamamos solidaridad, que no es otra cosa que dar de sí mismo al prójimo. Con ello, la humanidad demuestra que Dios existe porque se hace carne viva en los hospitales, en las residencias, en los moribundos... Mientras haya personas que den su vida por los demás, estos demuestran la existencia de Dios.
2 comentarios
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... la manipulación mental de los creyentes es antológica... eso que llamáis dios no existe, más que como producto cultural, a la manera de papá noël o Supermán... la SOCIEDAD la crearon nuestros antepasados, el preocuparse por el prójimo lo llevamos haciendo desde que el mundo es mundo, mucho antes del advenimiento de las creencias religiosas, porque nos convenía como especie, no os pongáis medallas que no merece la religión... este señor que se denomina periodista, pero que actúa como apologeta de sus propias creencias, adolece de una praxis básica, pues el periodismo necesita de contrastar informaciones, y hablar de creencias sin base alguna no se reconcilia en absoluto con ello... los creyentes se preguntan cómo es que su dios ha permitido, por acción u omisión, la aparición de esta pandemia, mientras que el resto de la humanidad simplemente escucha a los científicos, que nos lo explican mucho más claro, como adultos que somos... el hecho de que nos apoyemos unos a otros no demuestra la existencia de ningún diosito, sino la empatía innata del género humano para con sus semejantes, un método ancestral de defensa que desembocó en la creación de las sociedades modernas en las que vivimos... el placebo "dios" no es necesario en esta historia ni en este tiempo...
Dios, EXISTE. Sólo hay que buscarlo.