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En los momentos culminantes de las películas carcelarias, y también en las de espías antiguos sin teléfono móvil, era frecuente ver al héroe que intenta fugarse esquivando de milagro los focos de los carceleros, ocultándose en rincones oscuros, corriendo con el círculo de luz pisándole los talones; lo que sea con tal de que el foco no le atrape. Porque al chorro de luz suele seguir el ametrallamiento inmediato, como hemos visto mil veces. En las pelis de acción y aventuras en general, el foco letal es un elemento dramático indispensable, hasta el punto de que si el fugitivo huye de noche o salta de azotea en azotea, pronto aparecerá un helicóptero iluminando el terreno; intentando enfocarle, nunca mejor dicho, con el jodido foco. No hay peor signo de mal agüero que ese cono de luz barriendo las tinieblas. En fin, que estamos acostumbrados a ver al pobre tío (o tía, ojo) huyendo desesperado de los focos, igual que una liebre en la carretera delante de los faros de los vehículos. Suele ser liebre muerta, ya que los faros la ofuscan, en decir, la deslumbran. Sin embargo, se nota que estamos en un nivel superior de civilización porque ya estamos todos ofuscados, y el lugar de eludir los focos, los buscamos, incluso los perseguimos afanosamente. Ponerse en el foco, dice la prensa; adueñarse de los focos, visibilizarse. Vivir en el foco, para los casos más extremos. Menudo cambio cultural. Los famosos relatos, que es como se llama ahora a la propaganda, resultan ser focos. A menudo digitales como el propio escenario, donde todo son focos. Si ya asombra la cantidad de cosas que es capaz de hacer la gente por ponerse en el foco, figúrense los políticos. Rivales o socios de gobierno, es igual. Cada vez que observamos comportamientos extraños de nuestros dirigentes, o se toman medidas sin sentido, es porque alguien buscaba el foco. Hay mordiscos y patadas para ocupar ese espacio, y hay que estar muy ofuscado para hacerlo. Toda guerra lo es por el foco, incluida la de Putin y Biden en Ucrania, o la que libra el PP contra Vox, que incluye convertirse en Vox para que les enfoque el foco. Pareceré anticuado, pero que te alcance el foco es letal. Seas tío, tía o liebre.