De que Hollywood ha sido siempre una fábrica de sueños, eso todo el mundo lo entiende, pero a veces los sueños se convierten en pesadillas y eso es lo que debió suceder en la última gala de los Óscar. Todo parecía ir de la forma acostumbrada, sonrisas profident, carcajadas en lata, aplausos entre gasas, tules y smokings, hasta que llegó Will Smith y nos despertó a todos del letargo. La soporífera velada despertó como de un mal sueño y con el fuerte sonido de un cachetazo, despertó incluso al mismísimo Jack Nicholson y hasta Johnny Deep dio un brinco en el respaldo de su asiento de platea. Y es que el humorista de la noche, el tal Chris Rock, se pasó de la raya y se burló de la esposa de Willy Smith, metiéndose con la alopecia de ésta. El Chris Rock, que fue quien le metió los cuernos en sus inicios durante la época post el principe de Bel Air, no contento con habérselos puesto al bueno de Will, se burló en su cara. Pero todo hombre tiene un límite, y eso fue la gota que colmó el vaso.
Repartiendo estopa en Hollywood
Palma05/04/22 3:59
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1 comentario
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Por una vez estoy de acuerdo con el comentario.