TW
0

Erase un país que quería ser independiente, pero el Imperio no quería que tal cosa sucediera, el Imperio tenía más armas, más ejército, más dinero y mandaron invadir el territorio rebelde. Una de las cosas que el Imperio anunció, antes incluso de conquistarlo, que la primera medida sería anular la lengua porque los invadidos hablaban distinto, pensaban distinto, aunque tuvieran el mismo mar y el mismo sol. La propaganda imperialista decía que eran mala gente, peligrosos independentistas, que lo único posible era eliminarlos de la faz de la tierra, matar a hombres, mujeres, ancianos y niños porque si dejaban uno vivo nunca acabarían con el problema. En una palabra: «vosotros seréis lo que nosotros queramos que seáis». Lo más importante, anular los medios de comunicación, no a la libertad de expresión, encarcelar a los contestatarios y cambiar el sistema educativo, una sola lengua para que no hubiera duda de quién era el que mandaba.

¿Y saben porqué les preocupaba tanto la lengua? Porque la lengua es seña de identidad, de cultura, el hecho diferencial de los pueblos, la historia. En aquel Imperio todos serían iguales y esto se impondría por la fuerza de las armas. Yo soy un cuenta cuentos, y el cuento que les cuento es cierto, ha sucedido en muchos territorios a lo largo de la historia de la humanidad, tal vez porque el hombre siempre quiere más de lo que tiene, porque la sensación de dominio es orgásmico o porque estar por encima de otro gusta más que lo contrario. Algo triste, cierto, sobre todo cuando hay víctimas, cuando la gente muere por mantener su identidad, cuando los niños lloran y los hombres no entienden nada.

Aquel país que «érase» podría llamarse Ucrania y el Imperio Rusia, pero yo estoy hablando de otra cosa, de otro país más cercano, de otro estilo de anular identidades, sistemas sutiles que no se notan, pero están y condicionan. Vean un ejemplo, en los mapas del tiempo de TVE, por cierto, muy pesados, después del telediario, cuando dan el pronóstico por regiones, colocan a Valencia y Murcia con Baleares, y curiosamente, Cataluña con Aragón. Las Canarias van por libre porque están en África. Pregúntense, ¿por qué no, Cataluña, Valencia y Baleares?