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Hace unos cuantos días, tuve que recalar en una cafetería en Barcelona. En la carta de bocadillos había el ‘mallorquín', que consistía en pan de baguette con sobrasada y queso brie. Lo de la baguette ya es un delito, claro, pero la pregunta que me vino a la cabeza es en qué momento de nuestra historia nos hemos destacado por la producción de queso brie. Por mucho que me devané los sesos, no me vino ningún periodo glorioso en el que en Mallorca se pueda haber hecho tal producto, de origen claramente francés. Sin embargo, son cada vez más los locales que creen que este es un auténtico bocadillo insular. Hay quien intenta hacer una fusión balear, juntando sobrasada con queso mahonés. De postre podríamos pedir flaó y que lo patrocinase el Govern. Alguien debería explicarles a estos listillos que si la sobrasada es buena, los mallorquines nos la comemos sin nada más. Eso sí que es un ‘mallorquín'.