Por eso mismo, cuando se firmó el Tratado de Maastricht de la Unión Europea en 1992, tan solo dos meses después de la desaparición de la URSS y cuando en 2004 diez países (ocho del antiguo bloque comunista, Malta y Chipre) ingresaron en la Unión Europea, era lógico imaginar que la democracia había venido para quedarse para siempre en nuestro continente.
La guerra en Ucrania está poniendo a prueba el sistema. No todo el mundo asimila democracia con eficacia, ni democracia con sistema adecuado. En 1995, el presidente de la Philips, al que visité en mi condición de embajador en Países Bajos, me dijo «nosotros los empresarios, toleramos la democracia porque no nos queda más remedio, pero no es el mejor sistema para nuestros negocios». No me caí de la silla de milagro
Lo que hoy parece fuerte y sólido, mañana puede corroerse desde dentro o por erosión externa. Buscar el resultado a toda costa por encima de los principios y de los valores humanos puede ser desastroso a largo plazo.
La creciente falta de ética en el trasfondo político, la progresiva implantación de un metalenguaje político que solo satisface a los políticos, pero inasumible para los ciudadanos, la búsqueda del poder por el poder sin acercarse a las soluciones de sentido común, la falta de un discurso político sustituido por 30 segundos de un noticiero televisivo o 280 caracteres de un tuit, el desprecio al adversario y el insulto al oponente, todo esto, degrada la democracia y la hace más vulnerable.
Los síntomas de la enfermedad empiezan a ser muy visibles y de continuar por este camino algún día nos encontraremos con que la democracia ha sido arrinconada porque no servía. Ese es el campo de los populistas. No necesitan de la pluralidad porque ellos dicen representar al pueblo soberano y, como es sabido, pueblo no hay más que uno. No tenemos un médico que haga milagros, ni lo queremos. Pero quizá podríamos empezar por votar mejor. Así, la democracia no será eterna, pero sí más longeva.
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Empecemos por ALEJAR a los GOBIERNOS de los medios de COMUNICACION.
Lo primero que hay que hacer es llamar a las cosas por su nombre. No vivimos en democracia, sino en una partitocracia. Sino dígame que control tiene el pueblo sobre la gestión de los políticos, a quien elegimos, los diputados los eligen los jefes de los partidos, no hay separación de poderes ya que el mismo partido es el que hace y ejecuta la leyes, y encima nombra a los jueces. Están por encima del pueblo con privilegios que el pueblo no tiene. Me hubiera gustado más un artículo sobre la necesidad de exigir una democracia real en donde el pueblo elija a sus representantes, tenga control sobre su gestión y haya separación de poderes e igualdad ante la ley. Pero claro, entiendo que no le hubieran dejado publicarlo.
Interessant article. Només apuntar que els empresaris de la Philips no només toleren amb resignació la democracia, sino que la teledirigeixen amb lobbies de pressió i mitjans de comunicació de masses. Tracten de que la democracia no surti del solc, i si hi surt com per exemple amb l'entrada de Podemos al govern o el procés de Catalunya (qualsevol cosa que alteri l'stablishment que afavoreix els seus negocis) se posen nerviosos. No crec que se tracti de votar millor o pitjor, sino d'obligar a cumplir amb el que s'ha promès i que ha motivat el vot.
Sin duda, el inicio de la decadencia demócrata en España lo representa Podemos. Hasta ese momento, con aciertos y errores, íbamos bien. A partir de ahí, una ideología rancia y sin futuro (excepto para los dirigentes) se ha expandido poniendo en peligro el futuro del país, y despertando del letargo otra ideología como es la de VOX, que supone a los que estamos en medio de las dos, y somos mayoritarios de forma abrumadora, tengamos de convivir con el insulto y la falta de respeto, y por qué no decirlo, gran preocupación, con ambos. Que bonito sería enviarlos a todos ellos a la Luna, y verlos desde la distancia. Ya que no lo vamos a poder hacer, votemos opciones moderadas, pensando en el futuro de nuestros hijos, nietos, y nosotros mismos, por qué no...
¿Qué democracia? Tenemos un sistema representativo corrompido, no una democracia.