Aunque hace meses que cualquier disparate político, cultural o cognitivo se justifica y excusa por la proximidad de las elecciones (menos de tres años ya es proximidad), este fantástico pretexto sólo era válido precisamente para los políticos, y sus comentaristas, analistas y tal. Un particular que de pronto la cagase bien cagada, y luego de perdidos al río se hiciese por ejemplo salteador de caminos, o propalase bromas de género, o directamente delinquiese, no podía excusarse alegando que en precampaña electoral pasan estas cosas, qué quieren que haga yo.
Esta disculpa nunca habría sido aceptada, no disculparía nada, habría que joderse. Y encima, recurrir a ese pretexto electoral para normalizar conductas desordenadas o lanzamiento de insultos (como un francés, por así decir), sería considerado un agravante. El agravante de sátira política y mofa de autoridades. Seguro que mucha gente, de lo más común y corriente, envidiaba ese privilegio de los políticos en campaña previa a la campaña, a los que si se le va la olla y la cagan, no pasa nada, porque es lo propio del momento y muy tonto habría que ser para no aprovechar la ocasión de liarla parda. Todos lo hacen, porqué yo no, se defenderían con expresión de inocencia ofendida. Y los sociólogos y politólogos asentirían con la cabeza, dándoles jovialmente la razón. Pues bien, tengo la satisfacción de comunicar que a partir de hoy, martes que certifica el fin de las monsergas (y horrores) pascuales y el inicio de la gran temporada turística, esa justificación o circunstancia atenuante de la cercanía electoral ya es válida y extensible a cualquiera, y desde ahora en adelante se puede alegar ese tópico sociológico si a uno le viene en gana. No digo que vaya a funcionar, o que la justificación cuele, pero como poder, vaya si se puede. ¿Y en caso de infidelidad y adulterio? Por supuesto.
La inmediatez de elecciones no sólo favorece toda clase de adulterios (los extraños compañeros de cama), sino que los exige. ¿Y si me niego a pagar mis deudas bancarias, y mis hipertrofiadas hipotecas? Bien hecho, estupendo. Desde cuándo se pagan las deudas en plena precampaña, dónde se ha visto tal insensatez. Yo de ustedes aprovecharía la ocasión, no en vano todos los expertos aseguran que de aquí a las elecciones esto es Jauja.
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Cuando más se miente es antes de unas elecciones, durante una guerra y después de una cacería.