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La invasión rusa de Ucrania tuvo consecuencias significativas en la política internacional. En un mundo globalizado, la lógica de bloques comenzó a prevalecer con Rusia en la órbita china y Europa en la estadounidense. Este conflicto también ha acelerado la consolidación de los grandes bloques en varias regiones, como Asia Central, África e Indo-Pacífico. Potencias como China, la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y Turquía han estado luchando silenciosamente por la influencia económica, militar y diplomática en estas áreas. La conclusión es que todo se ha convertido en un arma, como la energía, los datos, las infraestructuras y las migraciones.

La región de Oriente Medio está experimentando cambios significativos en su dinámica política y de relaciones internacionales. Recientemente, se ha producido un acercamiento entre Irán y Arabia Saudí, dos países históricamente enfrentados, que han decidido retomar las relaciones diplomáticas rotas desde 2016. Este acercamiento ha sido impulsado por China, que ha conseguido que ambos países acuerden reabrir embajadas y reactivar la cooperación en materia de seguridad. Este acercamiento entre Irán y Arabia Saudí podría tener un impacto en otros conflictos de la región, como la guerra en Yemen, donde ambos países juegan un papel importante. Asimismo, la situación en el Líbano, que sufre una grave crisis política, económica y social, podría verse afectada por el apoyo que recibe para formaciones políticas opuestas.

El factor africano es una pieza clave en el nuevo orden mundial que se está configurando. La eliminación de Francia del mapa de influencia africana se está recompensando por la presencia de China. Según los datos de la Iniciativa de Investigación China-África de la Universidad Johns Hopkins, África acumula una deuda de 153.000 millones de dólares con China gracias a los 1.143 préstamos que este país ha concedido a los gobiernos africanos.

En este sentido, la presencia de China en África ha sido masiva y ha tenido un impacto significativo en la economía y la política de la región. Sin embargo, también hay preocupaciones sobre la deuda y su influencia en la toma de decisiones de los países africanos. La nula presencia europea en el continente puede explicarse por el complejo postcolonialismo.

En conclusión, el mundo está en un momento de cambios significativos, y es importante que los países y las organizaciones internacionales se adapten a esta nueva realidad. La consolidación de grandes bloques alrededor de China y Estados Unidos, la presencia china en África y los cambios en Oriente Medio son solo algunos ejemplos de los desafíos a los que se enfrenta el mundo hoy en día. La Unión Europea debe reflexionar sobre su papel en el nuevo orden mundial y buscar nuevas alternativas en áreas estratégicas para reducir su dependencia de los Estados Unidos y buscar un papel más activo en el escenario internacional.