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Ha tenido que pasar más de una década para que Andratx disponga de una nueva normativa urbanística que permita al municipio afrontar los retos demográficos actuales y los que están por venir. Porque los políticos deben consensuar y aplicar las normativas urbanísticas municipales pensando en el ahora, pero, sobre todo, en el mañana. Diseñar el urbanismo de cualquier municipio es un proyecto que debe pensarse una y otra vez, para no equivocarnos y que, después, el arrepentimiento solo se quede en eso, en la pena de algo que no debería ser, pero fue. Con su aprobación dejamos atrás años de inseguridad jurídica, confusión y descontrol urbanístico. Para entender su complejidad, debemos remontarnos al año 2007, cuando el Consell Insular imponía unas Normas Subsidiarias para nuestro municipio que no estaban consensuadas ni adaptadas a la realidad municipal. Fue ya desde aquel entonces cuando se comenzó a trabajar en la redacción de la nueva normativa que ahora ve su aprobación definitiva.

En este sentido, debemos destacar que, aunque su redacción actual puede ser mejorable en muchos aspectos, hoy, Andratx puede caminar hacia un futuro urbanístico más racional y más ordenado.

En cualquier caso, este nuevo planeamiento urbanístico ha llegado a las puertas de unas elecciones municipales, por lo que son una herramienta muy poderosa para los próximos gobernantes, porque ahora tienen en su mano lo más importante: la posibilidad de poder avanzar hacia un urbanismo más ágil y eficiente y planificar su futuro urbanístico adaptado a las necesidades del momento. Todo ello, respetando siempre el entorno natural y la identidad propia de nuestro municipio.

¿Por qué son tan importantes? Porque con su aprobación se da carpetazo a un pasado convulso y se dota al urbanismo local de mayor seguridad jurídica. Además, estas normas nos van a permitir desbloquear nuevas plazas de aparcamiento público, desarrollar los cascos urbanos y levantar la parálisis que viven los ciudadanos que son propietarios de edificaciones afectadas por Planes Especiales de Reforma Interior (los denominados PERI), así como poder afrontar la necesidad de ejecutar un polígono o cualquier otra alternativa que permita localizar el grueso del sector empresarial local.

Vistas las dificultades y su farragosa tramitación, solo podemos celebrar lo que es un logro de todos, que cuenta con el consenso de las fuerzas políticas que las han impulsado para que hoy sean una realidad. Pero esos que saldrán elegidos de las urnas, en unos días, tendrán también la responsabilidad de hacer frente al problema habitacional, con muy difícil solución, pero no imposible.

A muchos nos sorprendió la burbuja inmobiliaria y ahora, también, nos ha pillado a contrapié la actual crisis habitacional, la escasez de vivienda en venta y en alquiler, sobre todo si queremos que tenga un precio asequible para el común de los mortales, es decir, para usted y para mí. No nos equivoquemos, no es un problema propio de las Islas, afecta a todo el país y fuera de nuestras fronteras, pero aquí, en Andratx, en Deià, en Palma o en Formentera es donde vivimos y queremos seguir viviendo y donde las futuras generaciones merecen tener la oportunidad de quedarse. Las Normas Subsidiarias nos permitirán, al menos, intentarlo. Lo de conseguirlo, tendremos que esperar otros cuatro años más, allá por 2027, para ver si continúa siendo el eje central de las campañas de los partidos políticos que pugnan por la victoria electoral o si habremos podido superarlo, sin morir en el intento. ¡Repensemos el futuro, ahora es el momento!