TW
7

En 1990 se nos coló en televisión Bola de Drac. Fue un acontecimiento de proporciones bíblicas que hacía que toda la chiquillada de entonces nos reuniésemos ante la pantalla para saber qué pasaba con Son Goku, el Mestre Follet Tortuga y Satà Cor Petit. Para muchos de nosotros, de familias castellanoparlantes, fue una escuela de la lengua catalana con una efectividad asombrosa. Vivimos en burbujas y algunos apenas tenían contacto con la lengua de las Islas. Bola de Drac fue nuestra academia lingüística, un oasis que te entraba por los ojos y los oídos. Luego llegó Arale, Muscleman, Parker Lewis mai perd...

Han pasado más de treinta años de semejante acontecimiento y muchas cosas han cambiado. La aparición de las plataformas ha multiplicado la oferta de dibujos, que se emiten las 24 horas en bucle (¿alguien pone a su hijo a ver la tele a las tres de la mañana?). Uno podría emborracharse de series de dibujos, empapuzarse de culebrones juveniles. Pero son pocos los que ofrecen la posibilidad del doblaje al catalán. Y los que ya tenemos descendencia nos gustaría poder ofrecerles esa posibilidad a nuestros hijos, máxime cuando para algunos la lengua más usa en casa es el castellano.

El canal Super 3 se relegó a la TDT, donde ya nadie sintoniza e incluso los hay que no tenemos ni antena. Y mientras tanto, nuestros hijos pierden un canal vital para seguir escuchando catalán. Me entra morriña del Club Super 3, pero ya está extinto. Ahora que la cosa va de pactos como Sumar, tampoco estaría mal que catalanes, valencianos y baleares optaran por hacer una alianza para una programación de calidad en la lengua de Ramon Llull.