Palma23/08/23 0:29
Cuando llegamos al restaurante, España ya iba ganando uno a cero. Nos instalamos en la mesa que habíamos reservado con una semana de antelación. Nos encontramos en Mallorca, en pleno mes de agosto. Aquí no hay mesas ni taxis libres. A nuestro alrededor, todo eran ingleses. Los tentáculos del imperio conocen bien nuestra geografía. Cuando Jenni Hermoso falló el penalti, el restaurante rugió con furia, como lo haría un monstruo herido. Creían en la remontada. Yo estaba con mi mujer y mi hija pequeña, nuestros amigos aún no habían llegado.
1 comentario
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Un buen artículo para comenzar el miércoles. A mí un inglés me dijo que lo peor no había sido perder, sino perder contra España.