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Poco se ha hablado y debatido de una de las primeras decisiones de Armengol como presidenta del Congreso de los Diputados. El titular era el siguiente: «Ximo Puig acuerda con Francina Armengol que el Congreso reconozca la doble denominación catalán-valenciano». Añadía la noticia, que fue difundida por varios medios, que el líder de los socialistas valencianos y expresidente de la Generalitat apunta que «el valenciano, de acuerdo a lo establecido por la Academia Valenciana de la Lengua, tiene que estar presente como el resto de lenguas cooficiales y así será». Me pregunto si los dirigentes de Vox están de vacaciones después de haber madrugado tanto durante años pero creo que la decisión merece una respuesta y un profundo debate en Balears. ¿Se reconocerá la denominación mallorquina, menorquina, ibicenca y formenterense en el Congreso de los Diputados al mismo nivel que el catalán o el valenciano? Porque según Ximo Puig parece que Armengol puede convertirse en la primera presidenta del Congreso en dar categoría de lengua al mallorquín o al ibicenco.

Ximo Puig, que ha hablado en nombre del PSOE valenciano, asegura que Francina Armengol «está alineada con nuestra posición». La cuestión que conviene que aclare la presidenta del Congreso es si habrá un traductor ibicenco cada vez que José Vicente Marí Bosó hable en la Cámara, y lo mismo con el resto de representantes de Balears elegidos el pasado 23 de julio.

¿Qué ha sido de aquella Armengol que durante años defendía vehementemente la unidad de la lengua en el Parlament cada vez que Jorge Campos le planteaba alguna cuestión sobre el catalán? ¿Cree la líder socialista que ahora sí hay cabida para los dialectos insulares en el ámbito del Congreso de los Diputados?

¿Acaso defender ahora el valenciano es procedente porque lo plantea un dirigente socialista y no un alto cargo del PP o de Vox? ¿O es que se utiliza un criterio en Madrid y otro en Balears para este asunto según intereses partidistas?

La verdad es que estábamos muy tranquilos estos últimos ocho años sin esta polémica eterna sobre el catalán y las modalidades lingüísticas para que ahora la propia Armengol pueda caer en la tentación de situar al mismo nivel el catalán y el valenciano, que es lo contrario de lo que se ha defendido siempre en el Parlament.

Apoyo totalmente que en el Congreso se puedan usar todas las lenguas oficiales del Estado español, pero rechazo cualquier intento de politizar este asunto o de sacar algún rédito político beneficiando a compañeros de partido. Me temo que ese es el objetivo, pero desde ya estoy esperando una gran polémica en Balears cuando se sepa por fin que el Congreso reconozca el valenciano gracias a Armengol.