Palma22/10/23 10:08
Hasta las mismísimas narices por la obstinación religiosa del pueblo judío, asombrado por su resistencia militar y hastiado de actos terroristas de sicarios y zelotes, el emperador Vespasiano abolió el reino provincial de Israel y ordenó a su hijo Tito la destrucción piedra a piedra de pueblos, ciudades, fortalezas y de toda Jerusalén, el templo incluido; el expolio y la masacre indiscriminada de civiles, incluso por crucifixión; la esclavitud y la diáspora de los supervivientes «que envidiaron a los muertos», contó el historiador Flavio Josefo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.