De niño, la maestra me enseñó, después de la de sumar, la tabla de restar. En aquel lejano tiempo, las maestras de pueblo enseñaban para la vida, la vida práctica. Y es por eso que, aprendida de memoria la tabla de restar, muy rápidamente la podíamos aplicar. Recuerdo que en mi pueblo nativo se estaba aplicando en los años cincuenta a dos sectores muy precisos de la población: los vanidosos y los locos. Ambos coincidían en exagerar, ambos «inflaven la botifarra» como se solía decir entonces. A todo lo que decían, les restábamos mucho contenido: si el loco del pueblo te decía que había visto «un ase volar», sospechabas que el asno sólo había dado un saltito, y si el fanfarrón, un miércoles, te decía que regresaba de Suiza, sospechabas que regresaba de «fer mercat a Sineu».
La tabla de restar
Palma12/02/24 0:30
También en Opinión
- Estas son las localidades más baratas de Mallorca para comprar una casa
- El turista irlandés hallado sin vida fue atropellado minutos antes de desplomarse
- Cort impone una multa de 200.000 euros a uno de los edificios dedicados al alquiler turístico ilegal
- San Juan no será festivo en 2025
- Pedro Sánchez avisa a Prohens: si baja los impuestos a los ricos, que no pida más dinero
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Lo del canónigo de Valencia cuando lo explicará?