TW
4

España tiene un problema que es imposible de corregir: se cree un país rico y no lo es. Con lo que ha pasado en Barbate todas las responsabilidades han recaído en un ministro que no ha dotado de los medios necesarios a los agentes que luchan contra el narcotráfico. Quieren lanchas más potentes, mucho más caras, más gente, medios, presupuesto. Pero es que también el sistema judicial reclama medios, empleados, más dinero. Y el sistema sanitario. Y el Ejército. Y el campo. Y el sistema educativo. Y las pensiones. Y qué decir de las residencias de ancianos, de las necesarias inversiones en carreteras, aeropuertos, sistemas hídricos, policía nacional, guardia civil, policías locales, bomberos, protección civil… todo lo público exige más y más. Pero no hay más. De hecho, hay menos. Porque año tras año la diferencia entre lo que el Estado ingresa y lo que gasta va en aumento. Últimamente un enorme paquete de ayudas procedente de Europa parece obrar el milagro, pero es un espejismo, una paga extra que con la misma facilidad que llega se gasta. Al Gobierno le sirve para colocar miles de parches inútiles, de esos que tanto le gustan para hacer anuncios grandilocuentes en la prensa: una paguita para que los jóvenes vayan al cine, otra para los viejos, el aval hipotecario, los chequés-bebé, cursos de esto y lo otro, chapuzas, mierditas… todo bien regado de dinero comunitario. Luego está la realidad, que no es otra que una población mal empleada y mal pagada asaeteada a impuestos que no bastan para sacar adelante un país moderno y desarrollado. No basta. Así que si el narco se tiene que aposentar ahí donde desee, que lo haga. No vale la pena exponer vidas por ello. En el fondo, si no hubiera demanda, ellos no existirían.