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Durante el año 2024 más de 4.000 millones de personas en el mundo irán a las urnas en más de 70 países, algunos de gran influencia geopolítica y peso demográfico. Tal es el caso, por ejemplo, de EEUU, Rusia, India, Pakistán, Indonesia, México, Venezuela o Senegal.

También en la UE, entre el 6 y el 9 de junio (en España el 9), se elegirán los 720 miembros del Parlamento Europeo (PE). Se trata de unas elecciones cruciales que abren la puerta a un nuevo ciclo político para la UE con la posterior formación de una nueva Comisión Europea y, aunque nadie se atreve a aventurar cual va a ser el resultado electoral, las composiciones resultantes en ambas instituciones, será determinante para la legitimidad y fortaleza interna de la UE, y para su papel en la política internacional.

Por ello no es de extrañar que la actual Presidencia Belga del Consejo de la UE, durante la cual se van a celebrar las elecciones, haya considerado entre sus prioridades para el semestre la defensa del estado de derecho, la democracia y la unidad del proyecto europeo.

Tras Bélgica será Hungría, uno de los estados miembro más hostiles al proyecto europeo, quien ocupe la presidencia rotatoria de la UE. Este es el primer gran reto que deberán afrontar las nuevas instituciones europeas, pues fue el propio PE quien el año pasado manifestó, en una resolución, serias dudas sobre la capacidad del Gobierno de Hungría para ejercer la presidencia, por sus continuas violaciones del estado de derecho e incumplimientos de la legislación comunitaria.

Además, las presidencias de este año deberán abordar algunas cuestiones urgentes de una gran importancia estratégica tales como: potenciar la competitividad y la autonomía estratégica de la UE, implementar el Pacto Europeo de Migración y Asilo, intensificar la transición verde y digital, abordar la ampliación de la UE y una posible reforma de los tratados, y actualizar las relaciones de la UE con el Sur-Global, solo por citar algunas.

Todo ello, en un contexto geopolítico internacional cada vez más inestable y tensionado, marcado por conflictos, especialmente, por las dos guerras que se libran a las puertas de la UE: la invasión de Ucrania, y la guerra de Gaza, cuyo desenlace y consecuencias políticas dependen también del resultado electoral en los EEUU.

Es un año de elecciones, retos y conflictos que ponen el punto de mira en la fortaleza de los sistemas democráticos, en el respeto a los derechos humanos y en la salvaguarda de los derechos fundamentales. Para afrontar todo ello y votar debemos disponer de información veraz sobre la que debatir, analizar y reflexionar. A ello queremos contribuir desde el Movimiento Europeo con el ciclo de conferencias ‘Hablemos de Europa' que inauguramos el próximo 7 de marzo.