A propuesta de los ultraconservadores, la Administración pública de las Islas lleva camino de convertirse en la primera organización oficial en la que para optar a un puesto de trabajo no sea necesario conocer el idioma propio de la comunidad, salvo en determinados casos en los que el catalán de Balears sí será una exigencia. El anuncio de Vox, exhalando orgullo y satisfacción, en el sentido de que el catalán dejará de ser un requisito para el funcionariado de Balears, ha sido matizado por el PP señalando que tal acuerdo no está cerrado, sin que, sin embargo, el partido alfa de la derecha haya enfriado el entusiasmo de los radicales. El monolingüismo de Vox es cualquier cosa menos cordial, como quiere caracterizar el PP su propia política idiomática. Su fundamento es el de la fobia insuperable al catalán de Balears, una obsesión compulsiva de la que el PP no puede convertirse en cómplice. La presidenta Marga Prohens insiste en que «no me encontrarán en la confrontación lingüística». Tal vez fuera necesaria esa confrontación para impedir que Vox siga yendo más allá de la representación electoral real que tiene.
Es innegable que una parte del electorado del PP comparte y aplaude las tesis de la ultraderecha en relación con el catalán. Pero también es evidente que en otro segmento probablemente sustancial de su electorado dominan las consideraciones opuestas a Vox y tiene un mayor peso el apego a la lengua y la cultura de Balears. Conformar a los primeros supone ahuyentar al resto y la experiencia demuestra que es sinónimo de derrota electoral. Debería, pues, ir con mucho cuidado el PP con los progresos de Vox. La presidenta Prohens parece confiar en que el tiempo, y las convocatorias a urnas, diluyan al partido de Abascal como un grumo de sal en agua, tal que ya ha sucedido con los partidos que pretendieron conformar una nueva política al margen del bipartidismo instalado desde la Transición. Pero mientras espera, los extremistas de derecha pueden dejar el solar arrasado. La alta salinidad del suelo puede reducir el crecimiento y el rendimiento de los cultivos, un axioma agrario perfectamente trasladable a la política.
Los reglamentos municipales en los ayuntamientos en los que Vox tiene influencia tienden al retroceso del catalán de Balears como lengua de uso habitual. El último ha sido Calvià (alcalde del PP) donde, alterando la norma que regía desde 1988, las comunicaciones oficiales castellanizan hasta la toponimia, traduciendo al castellano los nombre de los núcleos del municipio. En las comunicaciones oficiales Santa Ponça es Santa Ponsa y Peguera, Paguera. La guinda, la celebración de Saint George, guiño a la comunidad inglesa, unos días después de Sant Jordi, para ser «más cosmopolitas». O más bobos. ¿Qué será lo próximo, «Portales viejos»?
8 comentarios
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Muchos perretes ladrando en un extraño país que establece la prohibición de su propio idioma para ensalzar las jergas cheroquis.
SantiEs nacionalistes espanyols de Vox voleu recobrar es privilegi concedit per sa dictadura franquista de poder fer vida normal a ses Illes Balears prescindint de sa llengua que es mallorquins tenim com a pròpia de fa vuit segles. S'única manera de mantenir aquest privilegi vostro d'esser monolingües ès reforçant sa castellanització des mallorquins heretada des franquisme, de manera que haguem de girar sa llengua de grat o per força cada vegada que topem amb un castellanoparlant. Això vol dir que es vostro privilegi de continuar essent monolingües va contra sa nostra llibertat de mantenir sa llengua pròpia. Posats a triar, mos estimam més sa nostra llibertat. Per tant, no claudicarem! ✌️
SantiInténtalo de nuevo, no engañas a nadie. Vox quiere sustituir nuestra lengua propia por el castellano y punto!
O el autor pretende engañar o se cree lo que escribe, no sé cuál de las dos es peor. VOX no tiene fobia a la lengua catalana, solo quiere que se cumpla la Constitución, que estipula claramente el deber de todos los españoles de conocer y el derecho a usar el castellano mientras que “el resto de las lenguas españolas serán también oficiales en sus respectivas comunidades autónomas”. Esto, trasladado a la práctica, implica que las dos lenguas deben estar al mismo nivel y que es el ciudadano quien debe tener la libertad de elegir una u otra para su vida diaria, relaciones con la administración, enseñanza, sanidad etc. Y que la administración debe dirigirse al ciudadano en ambas, tanto en sus comunicaciones orales como escritas. Lo que queremos en VOX es simplemente acabar con la imposición del catalán y que la libertad de elección de lengua del ciudadano entre las dos oficiales sea una realidad. Solo eso. Las fobias se las dejamos a la izquierda.
Vox es igual a retroceso y destrucción de nuestra cultura y lengua propia y el PP se ha convertido en su cómplice! Vergonya!
La fòbia al català és minoritària, són quatre extremistes que fan molt de renou. El PP s'equivoca una vegada més, per contentar a quatre se posarà les illes en contra
No es ninguna novedad, en todos los Gobiernos del PP en ésta CC.AA. eliminaron el requisito del catalán pasando a mérito. Se ha utilizado la lengua por unos y otros, cuando gobernaba el Pacte de Progrés de mérito a requisito. Ha sido un partido de pin pong que hemos sufrido los funcionarios.
Ja ho deia Napoleón Bonaparte; “mai has de corregir al teu enemic; sobretot quan s’està equivocant”.