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polisemia

De poli-1 y el gr. σῆμα sêma ‘significado’.

1. f. Ling. Pluralidad de significados de una expresión lingüística.

Hace días oía por ahí: «Nosotros no vivimos del turismo, el turismo vive de nosotros». Leído con rapidez, parece una tremenda idiotez; mas le invito a reflexionar. ¿Por qué viene la gente a esta Isla? Seguro que por el envidiable clima; también, en su origen, nuestro paisaje; las playas infinitas como s’Arenal, es Trenc o la Platja de Muro, aunque el boom inmobiliario nos dificulte tan magnífica panorámica que supusieron cada uno de estos espacios; por supuesto los paisajes de almendros o algarrobos; sin duda que las gentes tuvieron mucho mérito, por su inocencia o por sus singularidades; que decir de los encantos de la gastronomía local; podría seguir enumerando argumentos, pero el espacio asignado es finito y debo adecuarme a pautas.

Queda soberanamente claro que sin la suma de tantos atractivos no vendrían infinidad de turistas. Y, pese a las atrocidades cometidas en nuestro entorno, costumbres y alimentos, vendiéndonos a los ultraprocesados, los garrafones y las torres de hormigón, siguen llegando hordas de maleducados, sudorosos y pringados en aceites de coco; eso sí, algunos pagan alojamientos de importes indecentes; alquilan coches con los que se creen los amos del carril y ocupan mesas en restaurantes de cocinas internacionales mestizajes. En este punto confesaré que estuve en la manifestación del pasado 26 de mayo, una insignificante gota en ese mar de miles de vecinos enfadados, desilusionados y con serias dificultades para conseguir una vivienda digna a coste razonable, o por lo menos a razón de los sueldos. Más indignados, si cabe, al escuchar que a nuestros políticos les resbalan, supongo que por sus cuerpos impregnados de untos bronceadores, todas las proclamas y reclamaciones de sus votantes; con frases del estilo de «no vamos a regular el precio de los alquileres» o «ya saben los mallorquines que en julio y agosto no se puede ir a la playa».

Querido lector, sigamos saliendo a la calle pancarta en mano, llenemos las costas de gritos y carteles incómodos, perdamos algo de nuestra cortesía ante consultas extranjeras y en última opción votemos a quieres acojan dichas demandas. Que de la calle vendrá, quien de tu casa te echará.