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La memoria democrática es un sentimiento que emana de la justicia social. Sea cual sea la ideología, existe la razón, no como argumento filosófico aristotélico, socrático o platónico, sino como elemento cognitivo. Todos los que a pesar de todo, seguimos razonando, sabemos que la transición se cerró mal en el capítulo de los que perdieron la guerra civil. Se fue injusto con aquellos que perdieron la vida en ella. Solo se dignificó a los héroes del ganador, pero se negó el más elemental derecho a la dignidad de los fallecidos en la guerra y anterior y posterior represión del Régimen. No soy de lo que denominan izquierda. Las ideologías han muerto. Ahora se jactan de ser izquierdistas y progresistas, burgueses practicantes, casta y falsa progresía. Se definen liberales desde la izquierda radical a la extrema derecha. Pasan por conservadores gente que vive la vanguardia y es la generadora de grandes cambios. Detesto el maniqueísmo. La memoria democrática no debería ser patrimonio de la izquierda. Es simplemente verdad y justicia. Como profesional, he visto pacientes víctimas del dolor de la pérdida. Conozco la tragedia del síndrome del desaparecido, pueden llegar a necesitar asistencia psiquiátrica. Pero al igual que el palimpsesto, conserva las huellas en un manuscrito, de una escritura borrada artificialmente. La memoria democrática es reescribir la historia de manera justa, humana, racional y digna. Los iconos creados a partir de esta cuestión deben ser respetados. Uno puede no ser islamista, pero hay que respetar al dios islámico Alá. Aurora Picornell es un icono de los mártires del Régimen franquista. Guste o no, debe ser respetada. Le Senne erró de manera irracional en su comportamiento, impropio de un buen cristiano, autodefinido como liberal. Pero sobre todo como president del Parlament. Él no se representa a sí mismo, ni a su partido, es el representante de la institución de todos los que formamos esta Comunidad. La grandeza de la democracia es que nos hace iguales y el respeto debe estar garantizado. Todos nos equivocamos. Somos humanos a veces de manera patética, como el desacierto de Le Senne. Cierto es que se ha disculpado, pero debe hacer propósito de enmienda. Porque estos errores menoscaban la democracia y la institución que representa. Me siento avergonzado como ciudadano y demócrata del espectáculo acaecido en sede parlamentaria. Lo siento president, pero además de destruir su imagen y la del Parlament, también puede dar alas a una izquierda sobreactuada. El sentimiento de los demás no se puede borrar con una goma ideológica. Cuando está escrito aunque se borre, aún se puede leer. Como el palimpsesto. Reflexione. No perjudique los pactos difíciles en sí mismos. La presidenta Prohens se sintió afligida, porque ella sí respeta los valores de esta tierra. No haga de Abascal. Temple y no caiga en la provocación.