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Este es el objetivo soñado para muchos padres, pensando en sus hijos: ser importante (y ganar mucho). Seguro que muchos, al oír hablar del joven futbolista Lamine Yamal tendrían envidia de sus padres. También en tiempos de Jesús nadie estaría exento de este virus que arranca desde el pecado original. «Haz que mis hijos estén sentados uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino» decía la madre de Santiago y Juan. Y Jesús, todo al revés del sentir popular: el que de vosotros quiera ser el primero que se ponga el último y sea el servidor de todos… El Sanedrín diría más tarde a los apóstoles: os habíamos prohibido terminantemente hablar de este Jesús, y habéis llenado Jerusalén con vuestras enseñanzas. La respuesta de los apóstoles fue rápida y tajante: Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El que crucificasteis ha resucitado y Dios lo ha exaltado como Príncipe y Salvador. Entonces estalló la gran persecución y Herodes hizo decapitar a Santiago. Desde entonces el martirio será el contundente testimonio de todos los que quieren seguir al Maestro, Jesús de Nazaret, sabiendo que hay muchas clases de martirio…