Las democracias liberales como la nuestra requieren, para su consolidación, cierta estabilidad institucional y la existencia de contrapesos; para ello es necesario que concurra la posibilidad de la alternancia política. Por esa razón, las renovaciones en los liderazgos de los partidos son necesarias y se suceden, tradicionalmente, cuando, tras gobernar, se pierden las elecciones y/o el gobierno. Si bien, al PSIB le va a ocurrir con Francina Armengol como le ha pasado a los republicanos con Trump, donde algunos se las prometían felices cuando perdió las elecciones para seducir a los votantes con otro candidato del lado del ‘elefante’, no obstante, al tener un control férreo para que no haya opciones dentro del partido, volverá a ser él el aspirante; la expresidenta ha anunciado que va a seguir al frente como alternativa al actual Govern, impidiendo cualquier atisbo de renovación socialista en el futuro más inmediato, con algún alcalde o candidato que hubiese obtenido en su municipio un resultado superior al 26,5 % del PSIB con Armengol al frente en 2023, ‘condenando’ a los baleares a otro Prohens-Armengol dentro de 3 años.
‘Trumpcina’
Palma01/08/24 0:30
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Hem de deixar de votar a partits espanyols i començar a fer país de veritat