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ASánchez no le quedaba más remedio que entrevistarse con la presidenta Prohens. Hubiese quedado como muy feo, aunque al socialista solo le importan las formas cuando le afectan a él, a su señora, o a sus fieles. Pero la audiencia fue puro teatro, si lo sabré yo. Tras la misma no cesará la campaña de ataque y desprestigio iniciada por el Gobierno central contra nuestra primera institución autonómica. Se trata de una operación perfectamente planificada. Y hay una mano mallorquina que mece esta cuna: la de Francina Armengol. Verán: a finales de la pasada semana tuvo lugar en Palma una cena secreta a la que acudió gente importante. Del universo izquierdista, por supuesto. En aquel ágape Armengol reveló la existencia de una estrategia de desgaste contra el Ejecutivo de Prohens «que debe ser atacada por tierra, mar y aire», creo que dijo. También desveló el motivo de esta guerra declarada, algunos de cuyos episodios han llenado ya las páginas de los medios de comunicación, tanto locales como de ámbito nacional. En La Moncloa no descartan que esta legislatura tenga un recorrido mucho menor que el esperado desde un principio, pero no porque Sánchez vaya a caer, sino porque, en un momento dado, podría convocar elecciones generales. Y con altas posibilidades de repetir mayoría social-comunista.

Esa sería la clave de la guerra contra Balears, con frentes abiertos en otras autonomías gobernadas por el PP. Ahí está el caso del órdago de la Defensora del Paciente, que ha llevado a la Fiscalía a cuatro comunidades peperas por supuesta «saturación sanitaria». La diferencia estriba en que la ofensiva contra Prohens estaría diseñada y ejecutada personalmente por Armengol. Hay un empeño personal: pese al pastón que gana y el palacio en el que vive, la inquera –que aun no ha digerido su amarga derrota de 2023– desea regresar a Mallorca para medir de nuevo sus fuerzas con Prohens. La cena secreta era para buscar complicidades. Mediáticas y de las otras.

Toda una oportunidad de oro para Margalida y una confirmación más de que la de Campos se está convirtiendo en la Cañellas del siglo XXI. Espero que l'amo en Biel le traspase la hoja de ruta, el mapa del tesoro de cómo se maneja una hostilidad permanente con Madrid cuando gobiernan los socialistas. Creo que ella ya lo sabe de sobras, pero una ayudita del mítico expresidente no estaría de más porque, ya se sabe, en el PSOE son maestros en el juego sucio.